El poder que me hizo conocer el pasado.

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A veces la vida nos puede dar muchas vueltas. Nunca pensé que al cumplir 20 años, mi padre me revelaría un secreto familiar que cambiaría completamente mi vida. ¿Quieres saber más de mi historia? Entonces vamos a contarte.

17 de junio del 2012, era el día de mi cumpleaños. Mi nombre es Ronald Iriarte, soy un estudiante de Historia. El día de hoy estaba regresando de la universidad junto a mi amigo Oscar Díaz. Ambos estamos cursando el 8vo semestre faltando muy poco para terminar este periodo de la universidad. Mientras nos dirigimos hacia nuestros hogares, hablamos de la clase de Historia Egipcia que habíamos visto no hace mucho, de cómo realmente los egipcios fueron unos de los primeros imperios mundiales entre los años 2686 y 2181 a.c. Representado por las dinastías III, IV, V y VI. También de su Literatura y Arquitectura, que eran sus objetos valiosos, sus pirámides, esfinges y estructuras, que por medio de Jeroglíficos, sus dibujos, que a pesar de ser una civilización muy antigua, tenían un avance a nivel arquitectónico muy avanzado.

Luego de caminar unos 15 minutos, llego a mi casa en compañía de Oscar para poder avanzar con la tarea que nos había mandado la profesora con respecto a Egipcio y Moisés, el primer líder Judío que se levantó en contra de Egipto, para salvar a su pueblo que estaba siendo esclavizado por ese país. Me dirijo hacia la puerta, giro la manilla delicadamente para abrirla para percatarme que estaba todo oscuro y al encender la luz escucho un:

—¡Feliz cumpleaños!

Se trataba de mis padres junto a mi hermano que me habían preparado una sorpresa de cumpleaños, mi madre se acercaba a mi abrazarme para felicitarme, dando un abrazo tierno y algo fuerte, mientras llenaba mi cara de besos.

—¡Mamá! Me estás llenando de saliva —le decía mientras me separaba de ella.

En eso mi hermano menor se acercaba a mi y me daba un leve apretón de manos y un abrazo que chocamos nuestros cuerpos un poco para luego separarnos, mi papá aprovechaba y restregaba mi pelo con su mano, despeinándome todo. Escucho la voz de mi mamá gritando

—Vamos a cantar cumpleaños.

Llega con un pastel de chocolate con crema y fresas. Tenía una vela en el medio encendida, mi familia junto a mi mejor amigo empezaban a cantar la canción del cumpleaños. Todo era tan hermoso y fue un momento muy emotivo para mí. Pasada una hora y ya todo había terminado, mi madre se encontraba recogiendo y limpiando la mesa, me encontraba hablando con Oscar y mi hermano en el sofá de la sala, en eso mi padre me llama, pido permiso a los muchachos para dirigirme hacia mi padre.

Al acercarme a él me lleva hacia donde se encontraba su biblioteca para hablar de un tema algo serio. Al entrar me quedo parado admirando los libros que tenía mi padre, en eso me acuerdo de la tarea y empiezo a buscar un libro que me ayude con la tarea de la universidad.

Mi padre cierra la puerta con llave y se acerca a mí, colocando su mano en mi hombro, viendo que estaba admirando su biblioteca.

—Veo que te encanta mucho los libros, hijo.

En eso sus palabras me hacen dejar de buscar el libro que necesitaba para responderle.

—Sí, padre, me gustan demasiado. Tienes una enorme cantidad de libros y de todos los temas, tienes hasta libros de poesía y cuentos también. Esto es un tesoro, padre —le digo, él se voltea y me dice.

—Sí, hijo, son libros que yo mismo escribí y viví hace mucho tiempo —Al escuchar sus palabras quedo algo sorprendido, haciéndome dudar y quedar en shock un poco.

—Ya va ¿Qué es lo que dices? ¿Que tú mismo escribiste?

Estaba confundido por lo que me había dicho, mi padre tose un poco y luego respira hondo para ponerse frente de mi.

Antología "Recorriendo la Prehistoria"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora