Ella corre, pues sabe que tiene poco tiempo. Las celdas se suceden frente a sus ojos, una tras otra, como una agónica desprendida de lo que en un tiempo debió aprender a haber llamado hogar. Sus pies resbalan sobre las valdosas y lanza un suspiro ahogado, agradeciendo que aquel pequeño artefacto aún funcionará y le permitiera eliminar la electricidad paralizante que recorre los pasillos de aquella prisión voluntaria. Se la había merecido, por supuesto, pero eso no quería decir que no pudiera escapar de su condena antes de que ellos se enteraran de lo que estaba pasando, si es que no lo sabían ya.
El sudor perlaba su frente y hacia que el mango de aquel dispositivo sónico se resbalara contra sus dedos. Maldijo en silencio y no pudo más que recordar aquel otro aparato, tan diferente de este, que llevaba una persona igual de diferente. No es que lo despreciara, puesto que lo amaba con todo lo que daba su vida y su corazón, simplemente no entendía el porqué se había rehusado a usar la violencia, puesto que a veces era la única solución para los problemas que simple y sencillamente no encontraban otra salida. Aunque, si se tenía en cuenta todas las experiencias que había acumulado a lo largo de su larga, realmente larga vida, se podía hacer una idea del porque a él tanto lo repelía, aunque eso no quisiera decir que estaba dispuesta a imitarle, le gustaba mucho su propia independencia y el que le quitaran algo que tanto la identificaba la ponía de mal humor, y a nadie le convenía que estuviera de mal humor.
Pasó los siguientes pasillos de luces intermitentes en un casi absoluto silencio. Cuando se había nacido casi huérfana y se había sido criada en un orfanato lleno de criaturas espantosas, uno se acostumbraba a hacerse casi invisible, indefectible, inalcanzable. Era puro instinto de supervivencia; 1) si no te encontraban no te atrapaban, 2) si no te atrapaban no te encerraban en horribles trajes de astronauta, 3) si no te encerraban podías vivir en relativa paz y así, una y otra vez, en un ciclo del cual parece no haber final.
Siguió corriendo, agil como una sombra, perseguida por los gritos de los otros presos que la acompañaban y que le temían, puesto que su nombre se había vuelto historia, y no una muy bonita, si no una historia que se daba a respetar. De esas que los niños leen y no entienden, pero saben que es bueno y que quieren seguir su ejemplo, de esas que los malos escuchan y saben que es mejor no tontear con eso. De esas historias tan buenas que llegan a los odios de todos, incluso de aquellos que se la pasan huyendo.
Es el último pasillo y se puede ver el recodo de luz a lo lejos, la tan ansiada libertad y con ella, el nudo en la garganta que viene acompañado de la certeza de que una vez que se ha cruzado esa puerta, no hay marcha atrás, ni para ella ni para nadie. Sus pies se apresuran en un ritmo acelerado, casi frenético al pensar en lo que debe hacer a continuación y en lo poco que le gusta la idea. Sabe que debe decírselo y a la vez no quiere provocar el estrés que sabe que esa noticia le provocará al pobre hombre, aquel que ya demasiado ha perdido. Pero el secreto no se puede conservar como secreto cuando se involucra de por medio un arma capaz de destrozar a uno de los seres más poderosos de todos los tiempos y universos. Esas cosas no se guardan en cajitas llenas de cartas de amor de la infancia y armas mortales de alto calibre.
Esta sólo a unos pasos de tocar aquella puerta y, con ella, aquella luz que sabe que lo guiará hacia donde su corazón le llama cuando escucha la voz que proviene de su cabeza, pero que es totalmente ajena a cualquiera de sus pensamientos. "-No puedes escapar para siempre con tu preciado tesoro dentro, será mejor que te entregues y dejes qué la primera pregunta sea pronunciada, por el bien de todo lo creado-". Ella se da la vuelta y sonríe, esperando al espectro que sabe que va a ver. Anormalmente alto y con aquella piel gris cenicienta; ojos enormes y dedos monstruosos, aquella abertura que le sirve de boca y de la cual nunca ha salido ningún sonido, todo ello adornado con un traje Negro con todo y su reglamentaria corbata, que combina perfectamente con aquella camisa blanca de aspecto viejo y enmohecido.
Un escalofrío de terror recorre su espalda ante el reconocimiento que surge de su cuerpo, mas lo oculta con una sonrisa descarada de sus rojos labios. "-Vaya, entonces creo que te vas a llevar una terrible decepción, querido, cuando entiendas que eso es justo lo que no voy a hacer-" le replica, curvando un poco más sus carnosos labios hasta convertir su sonrisa en una mueca, mientras el ser entiende aquello que ha planeado, haciendo rebotar por todos los altavoces de la prisión un "NO" desesperado, mientras una explosión controlada derrumba la puerta y ambos cuerpos son jalados al espacio, cayendo con gracia y gloria, uno directo a su destrucción, y el otro directo a su verdadero hogar. Aquella cabina azul que ha aparecido como por arte de magia.
La puerta se abre y en ella lo recibe un hombre joven, de no más de 27 años vestido con traje y corbata de moño, con su adorable entrecejo fruncido y un millón de preguntas en sus ancianos ojos. Ella solo le sonríe y le susurra: "-Hola corazóncito-" mientras se arregla el vestido y los rizos que la caída le ha alborotado. Decidiendo en ese momento guardar el secreto y enterrarlo en su corazón, puesto que al ver esos verdes ojos ha recordado lo mucho que el ya ha sufrido. Finge dar unas cuantas vueltas al panel de la hermosa nave mientras el parlotea con sus queridos compañeros, haciendo un pequeño recuento de los daños causados a su fisonomía el salto al espacio cuando una extraña sensación le baja por la espina dorsal provocándole una repentina sensación de vértigo, seguida de la involuntaria reacción de su cuerpo, que la lleva casi imperceptiblemente hacia la ventana más cercana, dónde un ojo verde tan parecido al de su amado la observa, despertando en ella la más pura sensación de horror.
"-Eres tú-" susurra, reconociéndole casi al instante y sellando con ello su destino.
Mientras tanto, en otro mundo y en otro tiempo, una niña de cabellos castaños y ojos verdes se despierta gritando.
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Fin de Capítulo 2. Versión de River Song
Espero que les haya gustado, es también una gran sorpresa para mi el haber escrito tanto en tan poco tiempo, pero si consideramos que el concurso acaba a fin de este mes pues podría decirse que voy muy lento XD
Recuerden que si les gustó le den una estrellita y me dejen su comentario, puesto que me encanta saber que es lo que piensan y si hay por ahí algún otro Whovian del que no me haya enterado aún. Recuerden que esta historia es creada específicamente para el concurso de #FanFiction de Wattpad, con todos los derechos de los nombres y la historias a la franquicia de DOCTOR WHO y sus respectivos guionistas, editores y productores. Aquellos que no son originales de la serie son de mi propiedad, agregando algunos personajes e historias que ponto se conocerán.
Gracias a todos y recuerden que estas historias son por y para ustedes.
Sin nada más que agregar, los quiere:Lily Jackson
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The Mad Man, The Blue Box and The Book Traveler
Fiksi PenggemarNunca pensé que esto podría suceder, ni él tampoco. Llevaba tanto tiempo esperándolo que olvide lo que ella una vez le mencionó; siempre va a donde más lo necesitan. ¿y quien más va a necesitar a un héroe que los humanos y no tan humanos que viven a...