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● Desición. ●

Kim Dahyun odiaba muchas cosas; a los niños berrinchudos, a los que se creían mejor que ella y aún más, odiaba tomar decisiones por si sola.

De niña fue muy consentida y solía depender cada cosa de su vida en su madre, ella era la que cargaba el peso de la vida de su querida y única hija. A Dahyun le daba igual, mientras no tenga que cargar grandes responsabilidades.

Aunque claro, esta vez no podría pedirle ayuda a su madre.

—Señorita, Kim Dahyun ¿Pone atención a mi clase?—Preguntó en tono alto la maestra de literatura al ver a la joven distraída.

—Um... Sí.—Respondió con confianza.

—Entonces pase a hablar del tema que acabo de explicar. —La joven suspiró molesta y pasó.

Al terminar, la profesora quedó sorprendida debido a la gran forma de explicación de su estudiante. Kim era muy inteligente y tenía buena memoria, nadie podría humillarla académicamente.

La castaña perdió la noción del tiempo hasta que tocó el receso.

Pensó rápidamente en la directora y la desicion que debía tomar. Lo mejor que se le pudo ocurrir fue evitar a la mayor.

Pero, ¿cómo lo haría si era la directora?

—¡Espera, Chae! —Detuvo a la mencionada. —Voy contigo. —Dijo, sonriente.

—¿No dijiste hoy temprano que tenias que ir donde la directora al receso?—Cuestionó su amiga, recordando la plática de la mañana.

—Uh, no importa ahora, no es nada importante en realidad. —Rió nerviosa, esperando que su amiga se convenciera.

—¿Entonces por qué parece que la directora Hirai viene justamente hacia acá?

"Mierda..."

La castaña evitó mirar detrás de ella, sabiendo que estaba siendo buscada por Hirai.

—Estudiante Kim Dahyun. —Llamó con seriedad la pelinegra. —A mí oficina, AHORA. —Ordenó firmemente.

—¿Qué hiciste para que la directora parezca tan molesta? —Preguntó la más baja, Dahyun simplemente suspiró y con nervios siguió el paso de su mayor.

Estaba tan nerviosa y dentro de sí misma que no supo en el momento en el que ya se encontraba encerrada en la oficina de la directora, siendo acorralada por su mirada intimidante.

—¿Planeaba evitarme, señorita Kim? —Preguntó seriamente la mayor.

—No... Sólo... iba a la cafetería. —Se excusó.

—No me gusta que me mientan, Dahyun.

La mencionada evitaba la mirada de la mayor, la cual esperaba palabras de la estudiante para poder actuar.

—¡Maldita sea, Kim! —Exclamó molesta, acercándose con brusquedad a la menor para tomarla del mentón, obligando a la menor a mirarla. —¿Qué desición tomaste?

—Yo... Vendré a su oficina. Los días que usted quiera... todos los días si quiere. —Respondió la menor, tragando saliva ante la sonrisa de la mujer.

—Así me gusta. ¿Ves que es fácil cuando obedeces, linda? —Acarició el pelo de la castaña.

—¿No me va a hacer daño, directora? —Preguntó insegura la joven.

—¿Cómo podría hacerle daño a una dulzura como tú? —Respondió, llevando sus caricias hasta el pecho de la menor.

El comentario, los apodos y las caricias de la mayor hacían que Kim sólo se pusiera más nerviosa, pero empezaba a disfrutarlo, o eso pensaba ella.

Hirai Momo no pudo contenerse por mucho y empezó a besar delicadamente el cuello de la castaña, apartando su cabello y desabrochando su camisa. Poco a poco llegaba a los senos de Kim, los cuales estaban tensos, la mayor aprovechó y los acarició con la yema de sus dedos, ocasionando leves jadeos y gemidos por parte de su menor. Esta también se encontraba totalmente sonrojada, Momo admiraba esa vista.

—¿No te gusta, Kim? —Preguntó Hirai, pausando el acto y dejando confundida a la contraria.

—Sí, me gusta... —Dijo en voz baja de la vergüenza, sabía que la pelinegra quería escucharla decir eso para continuar y así fue.

Momo siguió besando el cuello de la menor, mientras esta se movía en la mesa de su oficina, buscando aún más contacto. La pelinegra la agarró de la cintura, bajando hasta sus piernas y apretó levemente sus muslos, siguió con sus besos mientras metía la mano entre la ropa interior de Kim.

—Mmh... —Jadeaba Kim. —Espere... deténgase. —Ordenó nerviosa.

La mayor la miró amenazante, no se mostraba nada contenta y Kim lo notó.

—Es que... Tengo miedo de que entre algún profesor...

Hirai rió ante lo dicho por su menor.

—Mi amor, nadie podrá interrumpirnos y si nos ven, yo me aseguraré de que no abra la boca. ¿Entienes? —La menor asintió. —Aunque, de todas maneras. —Miró seriamente a la joven. —No me gusta que me alcen la voz o que me den órdenes, no vuelvas a hacer eso. —La contraria asintió.

"¿Mi amor?..." Pensó la joven.

—Abrochate la camisa y ve a lo que queda del receso. —Ordenó la mayor, sentándose nuevamente en su silla.

La joven quedó confundida, pero aún así siguió las órdenes que le daba y volvió con normalidad donde sus amigas.

—¿Dónde estabas Tzuyu?

—Oh... Fuí a hablar con la profesora Minatosaki, al parecer me dará tutorías después de clases. —Dijo con una gran sonrisa.

—¿se puede hacer eso? —Preguntó intrigada la castaña.

—Claro que se puede, los profesores suelen dar más oportunidades para esto a los alumnos como Tzuyu, que son buenos pero "algo" les falla para ser perfectos estudiantes. —Dijo Chaeyoung, mientras bebía su bebida.

—Exacto. —Aseguró Chou. —Por cierto ¿De qué hablaste con la directora? Estuvieron mucho tiempo ahí, ya terminará el receso.

—Ah... De la discusión que tuve ayer con esa chica... —Respondió con nervios la Interrogada. —La profesora me dará tareas extras en los recesos por mis errores... —Mintió la castaña. —Órdenes de mis padres, ya saben... —Rió nerviosa.

—Ah... Entiendo. —Afirmó Tuzyu. —Nos contaste que tus padres nos quieren que sigan con esa actitud. —Recordó la más alta. —¿Aunque por qué no lo hacen en la salida? En el receso... podrían malinterpretarlo, los alumnos aquí son muy chismosos. —Sugirió.

—Es cierto, inventaron que a la profesora Minatosaki le gustaba Tzuyu, ¿raro, no? —Recordó entre burlas la más baja.

—Sí... lamentablemente no creo que sea cierto. —Dijo Chou. Sus amigas la miraron con sorpresa. —Es sólo que... es muy amable, me gusta como me trata. —Se defendió la más alta.

—Supongo que sólo es como un crush platónico, en ese caso no está tan mal. Mientras no sea amoroso... —Tzuyu negó.

—Claro que no. —Rió nerviosa.

Dahyun sospechaba de que Tzuyu debía tener un gusto por su maestra Sana, pero no sacó más el tema ya que ella tenía una situación similar, pero más profunda...

Do you love me? | Dahmo [Twice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora