Do you love me? | Dahmo [Twice]

[2]

• Gran propuesta. ▪︎

La treintañera jugaba con su bolígrafo mientras daba media vuelta en su silla de directora.

La joven maestra que la acompañaba siempre rió al verla.

—¿Pasa algo, Momo? —.Preguntó curiosamente la rubia.

—No es nada, Sana. Es alguien. —Dijo sonriendo de lado.

–Vaya, vaya... ¿Y quién es? —Preguntó la joven profesora, haciendo a la directora despertar de su nube.

—No te lo diré. —Respondió sin más.

—¿Por qué no? No es como si fuera... —Dudó antes de seguir. —¿Otra estudiante? —La mayor la miró amenazante. —Oh, vaya... sí lo es. —pronto quitó su sonrisa.

—Sí, lo es. Y no me gusta de esa manera "romántica" que piensas, sólo estoy aburrida y ella parece divertida. —Dijo, mientras miles de ideas pasaban por su cabeza.

—¿Divertida? ¿En qué sentido? —Cuestionó la docente.

—Pronto lo verás. —Se limitó a decir.

[●🌟●]

Kim asistió a su primera clase del día, como el día anterior fue el primer día de clases casi no era relevante. La joven conoció y memorizó algunos nombres de profesores. Muy pocos eran de bastante edad. La mayoría eran menores de cuarenta.

Minatosaki Sana, profesora de Biología. Treinta años.

Myoui Mina, profesora de Educación Física. Veintinueve años.

Kim Namjoon, profesor de filosofía. Treinta y cinco años.

Park Jihyo, secretaria. Treinta y tres años.

Esos fueron los nombres que la joven logró memorizar.

También hizo una nueva amiga, Chou Tzuyu. Una joven alta de su misma clase, era buena en cálculo, al parecer era consentida de la profesora Minatosaki, aunque no era muy buena en su materia.

La profesora se encontraba haciendo un cuestionario, para ver el nivel de lo aprendido.

—Vaya, la mayoría respondió bien, aunque otros necesitan más repaso. —Miró a Chou. —Ya pueden retirarse. —Dijo al escuchar el tono del timbre.

Las jóvenes salían de la sala, hasta que la profesora las detuvo.

—Chou Tzuyu, ¿Puedo hablar contigo? —La mencionada asintió. Nuevamente interrumpió a las estudiantes. —Oh, señorita Kim, la directora la espera en su oficina. —Avisó a la castaña, la cual asintió un poco molesta.

Ambas amigas caminaron hasta la oficina.

—Nos vemos en clase. –Dijo la castaña, para entrar a la oficina.

La directora se encontraba revisando unos papeles, los cuales al ver a la joven los guardó.
La habitación no tenía iluminación, las cortinas grises estaban cerradas.

—¿Quería hablar conmigo? —Preguntó mientras se sentaba.

—Claro, tenemos una conversación pendiente. —Dijo, volviendo a tener esa sonrisa coqueta que ya la caracterizaba ante Kim. —Señorita Park, puede volver a su oficina. —Le dijo a la joven secretaria  que se encontraba buscando unos documentos, esta asistió y salió.

La directora se levantó de su silla y procedió a trancar la puerta. La joven estudiante se extrañó aún más.

—¿Me va a decir que es lo que quiere? El receso terminará. —Dijo, sin tanto interés realmente.

—Ven a mi oficina cada que puedas, dulzura. —Respondió, mientras se acercaba más a la joven.

Kim no sabía que pensar, la directora le daba señales que ella no quería "malinterpretar".

La treintañera se acercó más a ella, agachandose para quedar a la altura de la joven que estaba sentada. Acarició su rostro y apartó su cabello de forma coqueta.

—No entiendo, directora... —La estudiante se encogió en su lugar, la estaba poniendo nerviosa al punto de sentir sus mejillas arder.

—Te ves más linda así, con rubor natural, Kim. —Mencionó mientras acercaba su rostro al de su menor.

Pronto, llegó a sus labios. Comenzó como un beso pequeño, pero la joven puso más intensidad y finalmente cayó en la sensualidad de la mujer. La mayor tenía una mano en el cuello de la estudiante y la otra iba llegando a su entrepierna. La joven estaba más exitada por los toqueteos de la mayor entre sus piernas, a tal punto de abrirlas para darle paso a la mano aventurera, esta no desaprovechó la oportunidad y llegó hasta debajo de la falsa, adentrándose a sus partes íntimas, antes de seguir tocando se dió cuenta de que la estudiante ya estaba mojada, haciendo sonreír a la mayor.
Detuvieron el beso al quedar sin respiración, al igual que el toqueteo.

La mayor se alejó un poco de la menor, mientras miraba sonriendo de lado.

—Supongo que debió gustarte mucho, ¿no? —Preguntó la mayor, viendo a la joven confundida.

—¡Claro que no! —Exclamó, no parecía muy contenta.

—Pues tu cuerpo demuestra lo contrario, Kim. Estas exitada. —Dijo sentándose nuevamente en su silla.

La menor se acomodó la falda y volvió a cerrar sus piernas, dándose cuenta que la mayor había dejado ciertas marcas de sus manos.

—Escucha, Kim. —La mayor sostuvo el mentón de la joven de manera brusca. —Puedes ser mala estudiante, no me importa, discute con quien quieras, pero mientras vengas a mi oficina no le diré nada a tus padres. En cambio, si te niegas, le diré a tus padres sobre tu conducta. —Dijo soltando a la joven. —Puedes irte, pero si aceptas te espero mañana en el receso aquí. No te daré más tiempo.

La joven se levantó confundida, dispuesta a ir y contarle a su amiga lo sucedido.

—Por cierto, Kim. —Detuvo la mujer antes de que la estudiante cruce la puerta. —Si le dices a alguien lo que sucedió aquí, te irá peor. —Advirtió, mostrando con su rostro que hablaba en serio.

La estudiante salió de ahí asustada, pensando en qué hacer. No le convenía para nada que le diga a sus padres y no sabía lo que la directora era capaz de hacer si le contaba a alguien, así que permaneció en silencio durante el resto del día. Trató de actuar normal, sin embargo, su amiga más alta no pudo evitar notar que estaba muy callada.