Capitulo 1

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Tarde, tarde, tarde.

Becky se quita el delantal y lo cuelga para seguidamente correr al baño y limpiarse el rostro que había sido salpicado de harina con una toalla.
Se mira al espejo y se asegura que esta decente para seguidamente volver a correr hasta la entrada de su apartamento, allí se pone sus zapatos y toma las llaves de su coche.

Llega tarde.

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El sol de la tarde alumbraba el campo de fútbol el cual está siendo vaciado de niños que felizmente parlotean y saltan alegres por su primer entrenamiento de la temporada. Los padres los toman de la mano mientras se retiran del club y Freen sonríe mientras guarda su botella de agua en su mochila alargada y azul.

Había extrañado eso.

Había sido un buen entrenamiento, al menos para ser el primer día y Freen lo había disfrutado mucho así que se encuentra satisfecha. Ahora que los entrenamientos han vuelto a comenzar y vuelve a hacer lo que más le gusta, Freen está deseando llegar a casa y tener una agradable noche para sí misma.

Pero es justo entonces, cuando estaba dispuesta a guardar el material que había sido usado durante el entrenamiento, algo le detiene.

— ¡Entrenadora, Freen! — La voz dulce y aguda exclama, haciendo que Freen se dé la vuelta.

Allí, en mitad del campo de fútbol vacío, una niña pelinegra sonríe mientras sus manitas sujetan las correas de su mochila amarilla y corre hasta ella.

Song Armstrong. Fácil de saber debido a que es la única niña en el equipo de fútbol infantil.

— Hey pequeña, ¿Que haces aquí? — Le dedica una sonrisa sincera. Y tal vez es debido a que la niña es adorable, o simplemente es el amor incondicional que Freen siente por los niños.

Cuando la vio llegar hace dos horas atrás, Freen se había sentido muy emocionada de tener a una pequeña en su equipo, así que nadie podía culparla si sentía debilidad por la niña de ojos marrones.

Al fin y al cabo, había crecido rodeada de niñas.

— Entrenadora Freen, creo que mi mami se ha olvidado de mi — Lo dice encogiéndose de hombros como si aquello fuera de lo más normal, haciendo que Freen levantara una ceja.

— Eso es imposible, las mamás no se olvidan de sus bebés — Dice con una sonrisa divertida mientras se agacha para quedar a su altura y mirar a aquellos ojos que brillaban con emoción.

— Mamá es especial — La niña anuncia — Irin dice que mamá es un desastre, pero yo creo que es divertida.

— Ya veo — Asiente mientras aprieta sus labios — ¿Quieres ayudarme a guardar el material en el almacén mientras esperamos a que llegue tu mamá?

— ¡Sí!

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— ¡Me gusta este! — Song anuncia señalando el tatuaje del pájaro en el brazo de Freen.

Ambas se encuentran sentadas en el cálido césped minutos después de haber recogido todo lo utilizado en el entrenamiento. El sol dorado de la tarde los ilumina con gracia mientras con una sonrisa Freen le enseña sus tatuajes.

— ¿Este? Es una buena opción — Song asiente y levanta la cabeza para mirarla

— Mi mamá tiene tatuajes también.

— ¿Si? ¿Y cual de los suyos es tu favorito?

— El del pingüino — dice con entusiasmo

— Wow, si es tu favorito seguro que es genial — Song asiente con emoción, haciendo que sus cabellos se muevan de arriba a abajo.

— Lo es, y...

— ¡Song! — La voz viene de una joven de ojos marrones, quien se encuentra cerca de donde ellas se encontraban sentadas

— ¡Mami!

Freen se pone de pie en el momento en el que la pequeña se levanta y corre hasta su madre, quien la toma en brazos y la aprieta contra su pecho de forma aliviada.

— Te he echado de menos, siento llegar tarde.

— No pasa nada, la entrenadora Freen me estaba enseñado sus tatuajes en el brazo ¡Tiene muchos como tú!

Mina entonces hace contacto visual con la mujer rubia que viste un pantalón gris deportivo y una camiseta blanca ceñida a su torso. Y al verla, sus mejillas se convierten en tonos diferentes de carmesí.

— Lo siento, es mi primera vez dejando a Song en una actividad extraescolar y no estoy acostumbrada a la rutina, no volverá a suceder.

A Freen se le escapa una pequeña sonrisa por la clara preocupación en la mujer más alta, es un tanto gracioso y ahora empieza entender lo que Song mencionaba al principio.

— Tranquila, no hay problema. Song es un encanto — Freen dice de forma amable, con su sonrisa dibujada en su rostro.

Becky asiente y dirige su mirada a su hija entre sus brazos, enseguida apareciendo una sonrisa

— ¿Has sido buena, bebé? — Le pregunta, dejando un beso en su frente.

— ¡Siempre lo soy! — Becky sonríe dejando a la vista su sonrisa con encías, gesto que hace que Freen se muerda el labio.

— Dejémoslo en casi siempre.

— Siempre, mami.

Becky niega divertida ante el puchero que se ha formado en los finos labios de su pequeña. Entonces, vuelve a mirar a Freen sintiendo como enseguida sus mejillas se tornaban rojizas.

— De nuevo, gracias por estar con ella mientras no estaba.

— Por supuesto, es un placer conocerla señora Armstrong.

— No me llames señora, soy joven todavía — Dice con una pequeña sonrisa mientras mira al suelo, segundos después vuelve a levantar la mirada—. Soy Becky.

Freen asiente y sonríe.

— Freen. Encantada de conocerte, Becky.

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❝¡Entrenadora Freen!❞ (Freenbecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora