𖹭⠀࣭⠀cuatro

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Sentía que se iba a congelar en cualquier momento, pero no había sido mala idea venir a la famosa montaña para esquiar. 

Pero él no sabía hacerlo. 

Llevaba una campera demasiado grande y unos pantalones negros, sus pies estaban asegurados a los esquís. Pero no tenía ni idea de cómo moverse. 

—¡Héctor tú puedes! —gritó Pablo mientras movía sus manos para indicarle como debía hacer, si él pudo hacerlo, Héctor también podía. 

Se impulsó con los dos bastones mientras se deslizaba lentamente tratando de no caerse. 

No estaba en la gran montaña para profesionales, estaba en la zona de niños que era un desnivel pequeño y un poco inclinado. 

Al llegar frente a sus amigos alzó sus manos para festejar cayendo de espalda. Soltó un largo suspiro. Esto era complicado. 

—¿Estás bien? —preguntó Ferran ayudándolo a levantar—. Marc me matará si se entera que te caíste. 

Pablo también llegó. 

—Pedro dice que debemos ir a comer, vamos de una vez. 

Una vez ya seguros de que el menor no se haya hecho nada o le duela algo siguieron su camino hasta las cabañas que había. 

Era un fin de semana en Suiza, donde cinco chicos decidieron salir a pasear y estar juntos como lo hacían antes. 

Decidieron ir al nevado que había en la gran montaña que se ubicaba a las afuera de la ciudad, unas horas desde la casa de Pedro. 

Dos días y una noche en las cabañas. 

—¿Pudiste divertirte? —preguntó Guiu hacia su novio quién recién había llegado junto a los demás. 

—Se cayó de nuevo —soltó el mayor de todos, Marc solo lo observó con el ceño fruncido—. No me mires así, como si se hubiera hecho algo. 

—El año pasado se fracturó el brazo, no quiero que vuelva a pasar —contestó mientras pasaba su brazo por los hombros de Héctor. 

—Oh, vamos estoy bien Marc, no me hice nada, solo me caí de espalda. Nada de qué preocuparse —levantó su pulgar buscando la aprobación de su novio quién no pudo evitar sonreír con ternura. 

El grupo de chicos se sentaron en una mesa para seis, pidieron la comida que les llamó la atención y luego siguieron conversando. 

—¿Cuánto tiempo ya llevan ustedes dos? —soltó Pedro de la nada llamando la atención de los menores quienes no dejaban de hablar entre ellos. 

—Un año y dos meses —respondió Marc mientras jugaba a chocar las palmas con su novio, quién estaba concentrado en eso—. ¿Por qué? 

—Me alegra saber que hasta ahora no haya pasado nada malo, que siguen juntos y se quieren. Es muy importante. 

—Pedro —llamo Pablo. Él lo miró—. No empieces. 

Llegó la mesera con sus pedidos en una bandeja, lo dejó sobre la mesa poniendo cada platillo en su lugar correspondiente. 

—No iba a decir eso, Gavi. Solo quiero que los dos estén seguros de sí mismos. 

—Pues obvio que lo están, un año y dos meses son la prueba. Deja de crear escenarios falsos en tu cabeza, eso ya es problema de los dos. No creas que Marc es como el idiota ex de Héctor. 

—Lo sé... 

Ferran tosió leve para que el ambiente se calmara. Las cosas entre aquellos dos seguían un poco extrañas. 

—Ya llegó la comida, debemos disfrutarla. Dejemos las diferencias de lado y sigamos siendo personas normales. 

Fort solo sonrió levantándose y agarrando su campera. 

—Ahora vuelvo. 

Fue lo que dijo antes de irse dejando a los cuatro ahí. 

Era duro recordar eso, pero vamos, Marc no era igual que el idiota ese, él era diferente y debería dejar de creer en lo que dice la gente. De sus amigos sí, pero de desconocidos, no. 

Nota mental; hacer que dejen de afectarte comentarios de gente que no confías. 

very sticky ★ guiufortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora