Fiesta de tres. | 𝗦𝗵𝗶𝘀𝘂𝗻𝗮𝗿𝘂𝗶𝘁𝗮 |

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Naruko se dejó caer en el lujoso sofá entre sus dos compañeros de equipo, colocando su cabeza en el regazo de Itachi y sus pies sobre los muslos de Shisui. Hasta hace poco, este tipo de comportamiento no habría sido tolerado por el estoico Uchiha menor, pero ahora tanto él como Shisui actuaron como si fuera perfectamente natural. Era sorprendente lo que la adición del contacto físico íntimo había hecho a su relación, y aunque algunos equipos podrían haber sido destruidos por tal situación, compartir sus cuerpos entre sí solo los había acercado más.

Naruko dudaba que alguno de los tres equipos de novatos que se graduaron de la academia el mismo año estuvieran tan unidos. Por otra parte, pocos equipos habían pasado por tanto como ellos tres. La kunoichi de cabello rubio tuvo que admitir que sin la fe y determinación inquebrantables de Shisui, las cosas probablemente no habrían salido tan bien. Incluso cuando toda la aldea se había rendido con el más joven del clan, Shisui se negó a perder la esperanza y le había dado a Naruko la fuerza para seguir esperando también.

Ahora, mientras se recostaba sobre los dos cálidos regazos de sus dos amigos más cercanos convertidos en amantes, no podía imaginar la vida sin ninguno de ellos. Ahora eran partes irremplazables de su vida.

"¿Cómoda?" Preguntó Shisui con una sonrisa, divertido de que la rubia se sintiera tan como en casa sin ni siquiera advertir que iba a dejar caer sus pies cansados ​​en su regazo.

"Muy." Dijo Naruko antes de dejar que sus ojos se cerraran mientras acurrucaba su cabeza contra el muslo de Itachi. Su turno en el hospital había sido agitado y se sentía increíblemente bien simplemente relajarse en compañía de sus compañeros de equipo.

Desde que los tres dejaron atrás su relación meramente platónica, se encontraron pasando aún más tiempo juntos, no sólo en los campos de entrenamiento y en la cama, sino saliendo a comer y pasando el rato en las casas de los demás. A veces jugaban a las cartas o contaban historias de misiones pasadas o incluso simplemente se sentaban y miraban lo que pasaba en la televisión.

Aunque habían logrado mantener su relación íntima en secreto, a los aldeanos no se les escapó el hecho de que los tres casi nunca se separaban y pronto se convirtió en el chiste de que todos estaban atados por la cadera y que la separación resultaría en una muerte instantánea.

Era una enorme exageración pero era innegable que algo entre ellos había cambiado. Ahora que estaban todos juntos de nuevo, apenas podían soportar estar separados y cuando uno de ellos regresó de una misión, el sexo que siguió fue un poco más apasionado de lo normal, especialmente cuando Naruko era la que se había ido. Aunque los Uchihas todavía salían sin ella cerca, la química no era del todo correcta si alguno de los tres faltaba y, aunque los dos hombres estaban cerca, no eran lo suficientemente cercanos como para participar en actividad sexual si Naruko no estaba intercalada entre ellos.

Esta noche se habían instalado en la casa de Itachi, algo que habían comenzado a hacer cada vez más recientemente. Como la extensa propiedad era tan grande, estaban lejos de otros aldeanos que potencialmente podían escuchar los gemidos y gritos que a menudo emanaban de la casa en medio de la noche.

"Entonces, ¿cómo estuvo tu misión Itachi?" Preguntó Shisui, mirando al hombre de cabello largo mientras juntaba sus manos detrás de su cabeza y se reclinaba contra el sofá.

El Uchiha menor se encogió de hombros en respuesta, moviéndose un poco para acomodar la cabeza en su regazo.

"No hubo complicaciones. Todo fue bastante sencillo. Atrapamos al tipo enviando amenazas de muerte a la hija del cliente y actuamos en consecuencia. Después de todo, en realidad solo era una misión de rango B".

Shisui asintió en respuesta, su mirada se dirigió a los pies descalzos en su regazo. Tomó un tobillo delgado con ambas manos y comenzó a masajearle el pie distraídamente mientras hablaba.