Fiesta de tres. | 𝗦𝗵𝗶𝘀𝘂𝗻𝗮𝗿𝘂𝗶𝘁𝗮 |

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"Ugh, Shisui..." Naruko suspiró, su nombre cayendo espontáneamente de sus labios mientras sentía su músculo húmedo sondear suavemente sus pliegues femeninos. Él estaba provocándola, apenas tocándola mientras su lengua pasaba por su abertura e ignoraba su clítoris por completo. Por experiencia previa, sabía que él planeaba llevarla a un frenesí y con Itachi sosteniéndola por detrás, había poco que pudiera hacer más que esperar a que pasara la exquisita tortura.

Shisui comenzó a lamerla con un poco más de fuerza. Ella sabía divina y él no podía tener suficiente de ella. Ella era espesa y dulce como la miel y él dejó que su lengua girara alrededor de su abertura antes de aplanar el músculo en una superficie amplia para darle a su coño una lamida firme de abajo hacia arriba.

Naruko no pudo contener el fuerte gemido que brotó dentro de ella. Ahora ESTO era lo que había estado esperando, la presión de su flexible lengua contra ella. Ella quería que él explorara a fondo cada rincón de ella y la presionara tan profundamente como le permitiera el músculo. Otra caricia húmeda de él le dijo que llegaría allí pronto y ella enganchó sus piernas sobre sus hombros en un intento de mantenerlo justo donde lo quería.

Itachi sonrió ante sus embriagadores gemidos y el entusiasmo inagotable de Shisui mientras trabajaba entre sus piernas. El Uchiha menor soltó sus temblorosos muslos y los dejó deslizarse por sus costados para acariciar sus pechos, extrayendo otro gemido de la mujer en su regazo.

Mientras su pulgar e índice pellizcaban un pezón sensible entre ellos, movió sus labios calientes hacia el caparazón de su oreja, susurrando cosas sucias a la kunoichi excitada.

"Te gusta cuando te come, ¿no?"

La rubi pudo sentir el calor subir a su rostro mientras su rubor de excitación era alimentado por su vergüenza. Itachi nunca dejaba de hacerla sonrojar con las cosas desagradables que le encantaba susurrarle y, aun así, no podía negar que sus palabras lascivas y su voz profunda y ronca sólo hacían que el fuego en la boca de su vientre ardiese un poco más.

"Quieres que te chupe hasta dejarte seca, que beba cada gota de ti".

Esta vez no fue una pregunta sino una afirmación, una que resultó ser correcta aunque ella nunca lo admitiría. Supuso que nunca sería tan atrevida como ellos dos en la cama, pero a ellos parecía gustarles así, dominando su cuerpo y obligándola a sentir un placer más allá de lo posible. Ella gimió en respuesta mientras Itachi rodaba su pezón capturado entre sus dedos y continuaba presionando besos húmedos y hambrientos en la columna de su cuello mientras Shisui seguía sorbiendo entre sus piernas.

El mayor estaba rodeando su clítoris ahora, dejando que su lengua se acercara peligrosamente pero nunca lo tocara, y los maullidos de necesidad de Naruko sólo alimentaron su travieso deseo de provocar.

Naru soltó las sábanas y enterró sus dedos en salvajes mechones azabaches, tratando de presionar sus labios contra su botón palpitante, pero lo único que logró fue extraer una risa divertida tanto del hombre que la sostenía como del que estaba entre sus muslos.

"Dios mío, ¿no estamos impacientes?" Itachi gruñó, dándole un suave mordisco a la tierna piel justo debajo de su mandíbula.

La kunoichi de ojos azules dejó caer su cabeza hacia un lado, exponiendo más de su suave piel a los hambrientos labios del Uchiha menor. Ella gimió cuando sintió la lengua de Shisui en su abertura una vez más, permitiendo que solo la punta se sumergiera dentro antes de retirarla nuevamente. Sus suaves bromas fueron acompañadas por Itachi pellizcando sus pezones con fuerza, enviando sacudidas de placer arriba y abajo de su columna, pero aún así no fue suficiente. Necesitaba más de la lengua lamiéndola.

"¡Shisui por favor!" susurró ella temblorosamente, sus dedos apretando su cabello ondulado. Sus súplicas sonaron desesperadas incluso para sus propios oídos, pero no pudo evitarlo. Ella necesitaba que él la cumpliera.