Sangre

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Harry Potter

Dos años, Dos años sin ver a mi novio, darlo por muerto ya era la opción más sensata, no podía parar de llorar los primeros meses, al año quise comenzar de nuevo pero no pude.

Al año y dos meses me di por vencido y dije que vengaria la muerte de mi Amado, eso haría, haría que la muerte de Draco sea recordada, el ministerio nunca vio nada, nadie sabia donde estaba, Hasta los Malfoy habían vuelto a hundirse en la miseria.

No sabían de los Malfoy hace años, ni el ministerio, ni el señor tenebroso, lo descubrí cuando estaba corriendo por todo Hogwarts, debía ir a la torre de astronomía, Corría lo más rapido que podía.

Sentía mi sudor caer, aunque no sabía si era Sudor o Sangre, no importaba, No importaba, no ahora, arrugue mi nariz, debía correr.

Sentía mis piernas arder de la rapidez en la que iba, Sentía mi sangre caer por mis ojos.

Corri, pero mire una cabellera Rubia pasar por mi lado con rapidez quería seguirla, pero podían ser tres cosas.

Los Malfoy habían llegado a ayudar.

Un chico Rubio corría a ayudar.

Estaba alucinando otra vez con Draco.

Con tener a Draco a su lado, diciendo que todo estaba bien, que debía ser fuerte, que estaban bien los dos.

Mordí mi labio inferior con fuerza mientras corría pero un fuerte golpee llegó a mi, No supe cuando o como pero termine en un duelo con el señor tenebroso.

Duelo que estaba más que rechido.

Los Malfoy fueron de mucha ayuda, al ayudarme a fingir mi muerte, ellos sabían que su hijo me amaba, lo se porque Narcissa me lo digo muy cerca, al oido con su voz tan razposa y llena de pesar.

–Mi hijo te amaba, Te amaba con todo su corazón, Porfa haz que su muerte valga la pena.

Después de eso se volteo a ver a Voldemort y asintió, diciendo con voz autorizaría y firme.

–Esta muerto.

Ese fue la última vez que hablo con Narcissa, Narcissa era una mujer fuerte, muy familiar y sin duda amaba a su hijo

Si a mí me destrozó no saber de Draco a ella sin duda la hizo trizas, la mato, era un simple cuerpo sin vida.

Se veía en sus ojeras, su piel pálida, idéntica a la de su esposa, que a la mitad de la pelea, pelearon de mi lado, Honrando lo que su hijo creía.

Es una pelea muy difícil, Mire hacía atrás, Neville salía del castillo con la espada y el sombrero.

Dumbledore estaba Pálido pero de un momento a Otro una nube negra salió, salió de la nada para después consumirse, Voldemort miro hacia atrás, aproveché este momento para respirar y quitarme la sangre de la cara.

Un ser Empacuchado, Parecía un demontor, caminaba entre los caídos, Caminaba con calma y tarareando algo, Detrás de el estaban unos elfos que peleaban, Peleaban con espadas y su magia.

Los elfos nunca se metían en estás peleas, no si tenían amos, Tal vez era una trampa del señor tenebroso, un secuaz que nadie sabia, tal vez...

No, no lo era, lo sepe en el momento que los ojos de Voldemort parecían aturdidos.

Detrás de ser encapuchado, salió un elfo que tenía una espada, agarraba algo contra su pecho, un guardapelo Roto.

Ese elfo lo había visto, lo había visto hace más de dos años, era la primera vez que me alegraba de ver a Kreacher.

Pero no pude verlo más cuando Voldemort volvió a la pelea, ahora más pálido y demacrado.

La pelea ahora estaba más rechida, los elfos luchaban de nuestro lado, el ser encapuchado lucha de nuestro lado, protegiendo a los más vulnerables.

–¡Peleen elfos! ¡por el nombre de mi Amo, Regulus Black! El defensor de los elfos.

Quería llorar, Regulus era el que siempre hablaba Sirius, devia que Regulus se parecía tanto a Drcao, Kreacher veía a regulus atravez de Draco.

¿Estaba hablando por los dos? Tal vez si porque Kreacher se fue con Draco.

¿La pelea iba a terminar conmigo muerto? No podía morir, no aún debía vengar no solo a mis padres, si no también a Snape, a Dumbledore, Debía vengar a los caídos y a Draco.

Debía vengar a todos y cada uno de ellos, así que use mis últimas energias cerrando los ojos para concentrarme, usando las fuerzas de mi cuerpo.

Hasta que escuche un aullido lamentable un lamento y una caída, Abrí los ojos, Voldemort estaba desintegrándose.

Me deje caer en el suelo de rodillas.

Habían ganado.

Habían ganado, le habían ganado al ser más horrible y despreciable.

Mire el suelo y mis manos llenas de sangre y suciedad.

Lo habiamos logrado Draco, ahora podía comprarte todos los libros que quieras, salir a todas las citas que quieras, Podía ir todos los domingos a casa de sus padres y volver los lunes con tanta felicidad.

Podías volver ahora, agache mi cabeza para soltar un sollozo.

No era una victoria si dolía tanto, dolía tanto, dolía tanto no cumplir las promesas que le dice a ese tonto rubio.

Dolía tanto no poder ver a la Cara a Remus, Dolía tanto llorar al ver sus libros llenos de polvo.

Dolía tanto tener que dejarlo atrás con la muerte de Voldemort.

Sentí la humedad pasar por mis mejillas, estaba llorando otra vez, estaba llorando otra vez por el, estaba lamentando la perdida, Escuché los gritos de euforia de todos los de mi lado, los aplausos que las últimas peleas entre los mortifagos.

Unos suaves pasos se acercaron a mi, no quería verlos, no quería verse tan vulnerable en su victoria, una mano agarro mis mejillas y pude ver más de cerca al Empacuchado.

–¿Quien eres?

Mi voz salió más lastimera y Razposa que nunca, tal vez porque estaba llorando, tal vez porque había gritado sus hechizos, una pequeña risa salió de el encapuchado.

–Es un placer conocerte.

Y un sollozo está vez no salió de mí, salió del encapuchado, Unos pasos se acercaron a nosotros, mira hacía atrás una ola de personas se acercaba y después un feliz Remus le quitó la capucha al ser.

Unos rubios cabellos salieron de la túnica, una pálida cara, llena de cansancio y pequeños cortes, había suciedad también, unos ojos grises miraron a Remus antes de levantarse rápidamente.

– Remus...

–Draco, Draco estás vivo... Oh hijo mío.

No podía creerlo, Remus envolvió en sus brazos a un Flaco Draco, Tan pálido, Y ahora sí me puse a llorar, no era el único que libero su estrés con lágrimas, Mire a mi lado, estaban George y Fred abrazados llorando como niños pequeños.

Sirius se acercaba corriendo, corriendo como podía, estaba lastimado del pie y se lanzó a abrazar a Draco quien se hundió en su cabello llorando.

El matrimonio Malfoy se acercó lo más rápido que pudieron al ver la conmoción.

Y un suave voz salió del Draco de ahora 17 años.

–Mamá... Papá.

El matrimonio Malfoy abrazo a Draco, dejándose caer en el sucio suelo abrazando y llorando a su hijo, diciéndole Miles de cosas en susurros, las caricias de Lucius, los besos de Narcissa y el llanto de Draco fue un alivio para mi sensible corazón.

Quería abrazar a mi novio pero entendía, entendía que los Malfoy lo necesitaban, necesitaban sentir a su pequeño niño, Sonreí levemente con mis mejillas húmedas, hasta que Draco me jalo del brazo para unirme al abrazo de los Malfoy.

Sus brazos eran fríos y Flacos.

Narcissa también beso mis mejillas y yo me pude hundir en los brazos de Draco.

¿Te quedarás conmigo? (Terminando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora