𝐀ú𝐧 𝐬𝐨𝐦𝐨𝐬 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐭ú 𝐲 𝐲𝐨. || 𝐒𝐚𝐭𝐨𝐫𝐮 𝐱 𝐒𝐮𝐠𝐮𝐫𝐮 ☆

𝟏. 𝐃𝐞𝐛𝐞 𝐬𝐞𝐫 𝐮𝐧 𝐬𝐮𝐞ñ𝐨

Durante unos segundos Satoru necesitó detenerse y respirar hondo. Ante sus ojos, Suguru, mirándolo desafiante, aunque de sus destacables ojos solo lograron brotar lágrimas y de su boca pesadas exhalaciones.

-Cuanto tiempo, Satoru... -Comenzó a caminar despacio hacia él. Desprendía la misma tranquilidad de siempre, no parecía que todo aquello hubiese ocurrido antes.

Satoru se mantuvo en silencio, no quería pero mantuvo la distancia por mera precaución aunque Suguru no se viera de mantera agresiva. Itadori dirigió la mirada hacia Gojo y al verlo paralizado y vulnerable se escabulló de tal estúpida guerrilla entre él y varias maldiciones de nivel bajo. De un salto se posicionó al lado de su profesor, aún mirándolo con preocupación.

-Profesor Gojo, ¿va todo bien? -Itadori no apartaba la mirada de Geto. ¿Cómo un brujo sería capaz de hacer piedra al mismísimo Satoru Gojo? Fuera como fuera el poder que irradiaba el pelinegro era increíble.

-Debe ser un sueño verme frente a él después de tanto tiempo. -Dijo de manera burlesca Suguru mientras con una sonrisa en su cara echaba un vistazo al albino aún paralizado.

"¿Después de tanto tiempo? ¿Acaso se conocen?" Las palabras de Suguru resonaban en la cabeza de Itadori. No le importó demasiado pues de un momento a otro comenzó a golpear a Geto. Golpes que fueron en vano, pues este manipulaba tantas maldiciones como golpes daba Itadori. Nunca llegaría a tocarlo a ese paso, sin embargo apartando todas ellas se abalanzó con un poderoso movimiento sobre Geto.

Todo se detuvo al sentir una barrera. El infinito, la técnica ritual de Satoru. En menos de un segundo Gojo se interpuso entre ambos parando el golpe de Itadori.

Le miraron extrañados. -Ve junto a tus compañeros, Itadori. Yo me encargo de él.

Itadori obedeció a regañadientes. No sabía cómo ni por qué pero sabía que esos dos se traian algo entre manos.

-¿Yo me encargo de él? ¿Satoru? Esperaba un saludo algo más cálido que eso.

-Pues sigue esperando. -Se posicionó frente a él echandole un vistazo de arriba a abajo el cual terminó por posarse en sus ojos.

-¿Resentido? Satoru... -Se acercó más a él haciendo que este diera un paso hacia atrás. Le mostró las manos a modo de paz cosa a la que Gojo reaccionó con una mirada intranquila. -Calma...

Su voz se convirtió en un susurro que recorrió el cuerpo de Gojo erizando su cabello por completo. Suguru volvió a dar un paso hacia él y le retiró las gafas con cuidado. Bajó su mano contemplando los ojos de aquel que una vez fue su mejor amigo.

-Dime, Satoru... ¿Qué sentiste?

"¿Qué sentiste? ¿Cuándo? ¿Cuándo te fuiste y me abandonaste? ¿O cuando aún así te defendí y evité que te buscaran por miedo a que acabaran contigo? ¿Al verlo de nuevo, quizá?" Los pensamientos de Satoru invadieron de nuevo su cuerpo. Bajó la mirada al suelo.

-¿No piensas reaponder? -Alzó su barbilla para que volviera a verlo a los ojos.

-¿Conseguiste lo que tanto deseabas? ¿Suguru? Por eso volviste, supongo.

Hubo un silencio mientras ambos se miraban a los ojos. Gojo retiró la mano de Geto de su barbilla.

Dicha conversación se vio interrumpida por una explosión en el mismo edificio en el cual se encontraban. Satoru agarró rápido el brazo de Suguru y salto desde la azotea donde se encontraban. Lo llevó a un callejón apartado algo oscuro. Donde aún manteniendo el agarre y la distancia lo miró de otro modo. Por unos segundos ambos sintieron como cuando eran jóvenes. Habían pasado casi 10 años pero ambos sentían cierta calidez en su presencia. Satoru soltó el agarre y retrocedió unos pasos. Suguru lo miro aún en silencio.

-¿Qué debí sentir, Suguru? -La mirada del albino se volvió algo seria y su ceño se frunció con ella.

-Volví por otro motivo, pero ambos sabemos que no puedo quedarme.