𝟒. 𝐏𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐨

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-¡Profesor Gojo! -Entró repentinamente gritando Itadori.

-¿Qué pasa? -Levantó su venda ligeramente para mirarlo. Se veía realmente alterado. -¿Por qué tan alterado, muchacho?

-Vi a Megumi con aquel hombre. -Satoru se levantó y tomó a Itadori para dirigirse rápidamente al dormitorio de Megumi.

Tocó la puerta y dejó en el suelo a Itadori, el cual lo miraba sin entender nada. Geto abrió la puerta.

-Llegó papá. -A su lado Megumi, de brazos cruzados aún con la mirada llena de odio. -No dudaba que vendrías... De hecho, queríamos contarte algo, Satoru. Megumi se viene conmigo.

-No sabes de lo que hablas, Suguru. Vete, ya.

-¿O qué pasará? ¿Nos harás algo? ¿A tu mejor amigo y a tu pequeño? -Acarició suavemente la cara de Satoru. -No lo harás. -Dijo suave cerca de su cara.

«¿Hijo?» Resonaba en la cabeza de Itadori. «¿Mejor amigo?» «¿Acaso eso era lo que frenaba a Gojo?»

-Megumi no se irá contigo. -Respondió Geto apartando la mano de Suguru.

-A él le parecía bien, ¿cierto, Megumi?

El chico asintió apartando la mirada de su padre.

-Podemos hablar de ello... Lo prometiste, Megumi.

-Es tarde para hablar de algo que hiciste hace 10 años.

-Tiene razón el crío, Satoru. -Lo miró sonriente. -No te preocupes, cuidaré bien de él.

-Suguru no hagas esto. No me hagas esto a mí.

-Lo siento, Satoru. Te veré mañana. -Se giró para mirar a Megumi, quien devolvió la mirada a Geto. -¿Lo tienes todo, chaval?

-Nos veremos, papá. -Fueron las últimas palabras de Megumi mientras terminaba de colgar la mochila sobre sus hombros. Segundos después desaparecieron ambos dejando a Satoru paralizado.

De rodillas frente a la habitación, lágrimas goteando por sus mejillas y pensamientos rondando su mente. «¿Realmente me volví débil?»

Itadori miraba el panorama, no lograba entender lo que había sucedido, sin embargo se mantuvo junto a su maestro. Apoyó su mano sobre su hombro y la pasó por su espalda tratando de consolarlo. Para su sorpresa este lo abrazó fuerte y ahogó el desgarrador llanto que escalofriaba a Yuji contra su pecho.

Mientras, en la mente de Sukuna, se maquinaba algún que otro modo de tomar el control. El día siguiente trataría de tomar el control durante unos minutos sin que el chico se diera cuenta, ya que de algún modo u otro este sabía como mantenerlo a raya.

Llegó la mañana siguiente, Itadori entró a hurtadillas en el despacho de Gojo y se acercó a él en silencio. -Profe Gojo... -Satoru retiró la banda de sus ojos para mirarlo. Tenía unas considerables ojeras en aquellos ojos que ahora invadían el color rojo. -Tiene mala pinta... ¿Acaso no durmió? -Satoru se levantó estirando sus brazos.

-Solo ignóralo. ¿Qué haces aquí tan temprano?

-Recuperar a Fushiguro. ¿Piensa ayudarnos, no?

-¿Ayudaros? ¿A quién le contaste? -Satoru quería a Megumi consigo pero sabía que si alguien más se enteraba se vería obligado a dañar a Geto.

-Ah, eso... Sukuna se apunta. -Dijo rascando su nuca.

-No sabes lo que dices, Itadori. ¿Por qué nos ayudaría?

-Por algún motivo le interesa demasiado Fushiguro.

Esas palabras sonaban tan sospechosas para Gojo que realmente pensó en dejar a Yuji al margen de todo esto. Entonces cayó en algo mejor...

𝐀ú𝐧 𝐬𝐨𝐦𝐨𝐬 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐭ú 𝐲 𝐲𝐨. || 𝐒𝐚𝐭𝐨𝐫𝐮 𝐱 𝐒𝐮𝐠𝐮𝐫𝐮 ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora