Gran Bretaña de la posguerra, 1919, tras la culminación de la primera guerra mundial, las secuelas del conflicto aun persistían en la sociedad, especialmente la pobreza, lo que daba un escenario perfecto para las bandas criminales de diferentes etni...
Obs.: Buenas, les traigo un 2x1 en cap., espero que les guste.
PARTE 1/2
---[⇐⇐⇐◈◈⇒⇒◈◈◈⇐⇐◈◈⇒⇒⇒]---
Pov. Gayle
Recibir un llamado de la misma Kara fucking Zor-El fue todo un suceso, solo podría compararse con un milagro o con una maldición, dependiendo del punto de vista que se lo vea y más aún al descubrir que sabía mi relación con su hermana, pero aquello quedó en un segundo plano cuando descubrí la verdadera razón de su contacto, Imra estaba embarazada y yo era la otra madre.
Todo mi mundo dio un giro de trescientos sesenta grados y no dude en dejar todo atrás para ir en busca de mi mujer y mi hijo, porque eso era lo era Imra, mi mujer y futura madre de mis hijos, no la dejaría sola, no como mi padre lo hizo conmigo y con mi madre al enterarse de lo que era, cuidaría de mi hijo sin importar lo que fuera y la haría por todas las de la ley, le pediría a Imra que fuese mi esposa.
Decir que que casi me orine de los nervios durante todo el viaje en tren fue quedarse corto, sentía mis piernas y manos temblar como gelatina, ni cuando estaba en el Some no sentí tanto miedo, si el viaje se alargaba más juro que vomitaria mis entrañas, aunque eso cambió cuando llegué y me topé de frente con mi princesa de Small Heath, quien al parecer tenía planes de viajar con Astra, pero todo eso cambió al verme y escuchar mi petición de que fuese mi esposa o eso pensé hasta quiso convencerme de dejar la estación para irnos a Cardiff, pero no lo haríamos, concebimos nuestro hijo en Birmingham y nos quedariamos aquí a criarlo, no le temía a Kara Zor-El.
Por lo que ahora, tras idas y venidas, me encontraba nuevamente con mis manos y piernas hechas gelatinas, con mi tercer cigarrillo terminado y mirando mi reloj cada cinco malditos minutos debido a los nervios que me consumir de no saber si Imra aparecería o no, aunque era obvio que sabía la respuesta a esa incertidumbre, pero mi mente de igual forma buscaba hacerse con mi cordura.
Permanecí recostada contra la pared, en el mismo lugar de nuestros encuentros y donde estoy segura que concebimos a nuestro pequeño, esperando a mi princesa con otro cigarrillo en encendido, hasta que finalmente apareció, vestida de blanco, con un velo que le llegaba casi a los talones y con flores adornando su frente, además de un ramo en la mano, se veía como un verdadero ángel, pero un tanto exaltada, así que no dude en preguntar la razón de ello.
— ¿Qué sucede? —tirando mi cigarrillo al piso para recibirla—
— Es que me rete a pasar por su territorio con mi vestido... —esta mujer esta demente...no sabe cuanto la amo—
— Estas demente? —tomándola de la nuca para hacerla verme fijamente—
— Si...ellas me volvieron demente...
— Te amo... —no pudiendo evitar mis ganas de besarla—
— Yo también te amo...y entre más intenten separarnos, más demente estaré. —esta mujer en verdad puede conmigo—
— Rápido princesa, J'onn nos espera... —buscando alejarnos lo antes posible, no quería tentar más nuestra suerte, pero fui detenida en el intento—
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.