Ella trataba de continuar la senda. Colocaría sus botas sobre el reguero de huellas de nieve que había formado él, paso a paso.
Él le serviría de guía. Seguiría los destellos que desprendía su lámpara de mano, seguiría el halo de luz que irradiaba su presencia. El día llegaba a su apogeo pero, en el Parque del Cincuentenario, la noche era de los dos.
-Ya se puede ver el palacio. - Dijo él agitando el pequeño farol y extendiendo su mano hacia el horizonte.
Ella agachó la cabeza, sonrió y empezó a cantar. Él se acercó a uno de los muñecos de nieve que poblaban el recorrido, y le dibujó con su mano una sonrisa en la cara.
-Ilumina y te seguiré. - Tarareó ella a modo de melodía.
...
Y ahora sólo tienes que seguir el camino.
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Postales de Ciudad
FantasyBruselas, Kuala Lumpur, Bucarest... Distintas estampas, vivencias, fotografías alegóricas. Relatos cortos en los que es difícil discernir la línea que separa la realidad de la ficción.