Capítulo 2: Exámen.

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Los exámenes Chūnin eran un campo de batalla diferente, donde no solo importaba la destreza física, sino también la astucia y la capacidad de tomar decisiones rápidas. La lucha por la supervivencia no conocía límites, y me sumergí en ese universo sin piedad. En mi ascenso a Chūnin, no estaba sola. Mis compañeros de equipo desempeñaron un papel crucial en cada paso, y juntos forjamos un vínculo basado en la confianza y la necesidad mutua de sobrevivir.

La noche se cernía sobre el bosque, y el silencio solo se rompía por el susurro de las hojas y los suspiros ahogados de aquellos que competían en la oscuridad. Mi equipo avanzaba como sombras, hábiles en su enfoque astuto y silencioso.

En la caótica segunda fase del exámen Chūnin, donde la competencia feroz se entrelazaba con estrategias mortíferas, demostré que la astucia y el sigilo podían superar la brutalidad directa. Ryo, con su jutsu que usaba para desplazarse sin ser detectado, era el fantasma que guiaba al equipo a través de los rincones más oscuros del bosque. Maki, maestra de ilusiones, tejía un velo de confusión que desorientaba a los competidores, mientras yo me convertía en la sombra que recogía pergaminos estratégicamente colocados.

La danza mortífera a través del bosque era una prueba de nuestra inteligencia y coordinación. Mientras otros equipos caían presa de enfrentamientos brutales, nosotros nos movíamos como una unidad cohesionada, burlando a nuestros rivales con astucia y estrategia. Fue un ballet letal de engaño, donde cada paso calculado acercaba al equipo a la victoria.

Los enfrentamientos no eran solo choques de fuerza, sino duelos de ingenio. Desplegué mi destreza en Taijutsu no solo para superar a mis oponentes, sino para evitarlos con agilidad, dejando que el conflicto girara en torno a aquellos que menospreciaron la astucia de nuestra estrategia. Cada pergamino obtenido no era solo un trofeo, sino un paso más hacia la meta de la excelencia en el mundo ninja.

Al final de la noche, mi equipo emergió triunfante, con los pergaminos necesarios en nuestra posesión. Dejamos tras de nosotros a aquellos que no pudieron descifrar la red de engaños y tácticas que tejimos con maestría. Fue una exhibición de habilidad, inteligencia y trabajo en equipo, dejando claro que en el mundo ninja, la verdadera victoria no siempre se logra con fuerza bruta, sino con la mente afilada y la estrategia astuta.

Fue solo una pequeña parte de la ambición que tenía.

—____, vamos a descansar, en unos días comenzará la tercera etapa.– Habló mi compañera Maki.

—No sé si pueda, sigo con la adrenalina...—Le di una pequeña sonrisa, estaba orgullosa de nuestro equipo.

Ella me sonrió y fuimos caminando hacia las habitaciones. En el camino por el pasillo vimos un equipo que había llegado, aparte del nuestro. Eran Genin de Kirigakure, daban un aura escalofriante. En especial el chico de cabellos rojizos, quién me vió como si mi presencia allí fuera una aberración, su mirada ojerosa más oscura que el carbón en conjunción con sus ojos de un celeste cielo me dejaban con una mezcla de curiosidad y miedo, era terrorífico el como su rostro se veía perturbado...como si no conociera la paz, el amor, mucho menos la calidez. Me hacía estremecer.

Seguimos nuestro camino llegando a mi cuarto, Maki se despidió y se fue, dejándome en aquel lugar que sería donde descansaría durante los próximos cinco días. Me quedé pensando en ese chico y su aura...no pude dormir mucho, me hizo pensar respecto al mundo ninja que creía conocer, no todo era entrenar, ser fuerte, destacar en algo. No era perfecto, no había paz, era una ilusión, sinó  ¿Qué tuvo que pasar ese chico para tener esa mirada en su rostro?

Shadow of the Past || Sasuke UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora