𝐐uinto 𝐂apítulo

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˗ˏˋ 🦢ˎˊ˗

𝐍o cabe la menor duda que despertarse con el aroma al café tibio y al bizcochuelo de naranja recién salido del horno es una de las mejores maneras de empezar el día.
Consumir las delicias que cocinaba la nona era una de las muchas causas por las que a Daphne le fascinaba quedarse en su casa. Ella le repetía constantemente la ilusión que le haría que su abuela se vaya a vivir con ella y su familia, pero la mayor se rehusaba, dándole siempre la excusa de los montones de recuerdos que habían dentro de esas cuatro paredes. 

Daphne entre bostezos comino hasta la cocina, deseando buen día a su hermano, quien le dio un beso en la cabeza para luego tomar asiento en la mesa redonda junto a ella, su abuela con mucha ternura les sirvió el desayuno. - ¿Dormiste bien? - pregunta la de mayor edad.

-Estupendamente, soñé una locura- empezó a contar Daphne, tanto Malcom como su abuela prestaban suma atención a lo que la chica decía, ella disfrutaba hablar.- Estábamos Carlitos y yo saliendo de mi cole, lo cual es raro porque no vamos al mismo colegio ¡El mío es solo de chicas! Cuestión, viene Danilo mientras montaba un unicornio y nos dice que tenemos que ir a Miami a salvar a María Antonieta, y yo toda ofendida diciendo que no me caía bien y bla bla bla. Unos segundos después aparecíamos en medio de la selva, y de la nada enfrente nuestro se encuentra Joaquín Sabina y nos empieza a cantar "Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren" - así como lo dijo empezó a cantar la canción animadamente, no era un secreto que la joven era admiradora del cantante español, ella siempre decía "ese señor convierte la poesía en música", pero sin duda su canción favorita era "Y nos dieron las diez" por la única razón de que había una parte que le hacía viajar a sus momentos con Danilo.
"Luego todo pasó, de repente, tu dedo en mi espalda,dibujo un corazón y mi mano le correspondió debajo de tu falda"
Si bien esa situación nunca había pasado, soñaba con que se haría realidad algún día.

- Se te están cayendo los tornillos Daph- ríe Malcom, aunque a la nona no le dio gracia, ya que reaccionó dándole pequeños golpes con el repasador que tenía bordado unos cuántas gallinas.

- No seas atrevido- lo resongo- Mi niña tu sueño fue hermoso- ambos hermanos soltaron escandalosas carcajadas, claramente el sueño de la rubia fue ridículamente absurdo.  - Y ahora se ríen de mi, lo que faltaba che'- Se paró de la mesa al escuchar el canto de la pava, indicaba que el agua ya se había hervido. Con el mate ya preparado la nona pasó el agua de la pava al termo.

-Yo ya me tendría que ir pal' laburo- nos avisa Malcom- me cambio y salgo ¿Queres que te lleve a algún lado?

-Si, para lo de Danilo- response mientras envuelve en una servilleta unas porciones del bizcochuelo.- Nona deja eso ahí que yo frego.- le dijo a su abuela haciendo que se haga a un lado, prendió el grifo para comenzar a lavar los platos. Daphne apreciaba ser servicial a cada momento, no podía permitir que su abuela con todo el esfuerzo que dio para hacerles el desayuno también limpie la cocina. Al terminar su hermano ya la esperaba en la vieja camioneta roja y con fama de quedarse averiada en medio de la carretera. - Nos vemos mañana, te amo.

Se despido de su abuela antes de subir al vehículo del rubio. Malcom y Daphne compartían rasgos sumamente parecidos, los cuales habían heredado de su madre, al contrario de Agus y Mari que tenían en pelo azabache, la única diferencia es que Maria tenía los ojos marrones como Ringo y Agus los tenía celestes al igual que sus hermanos. Pero eso no causaba tanto impacto a la gran similitud que tenían los gemelos.

𝐏𝐀𝐏𝐄𝐑 𝐑𝐈𝐍𝐆𝐒     /     𝐃anilo 𝐒anchez / APACHE  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora