𝐂uarto 𝐂apítulo

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𝐔na ya arreglada, maquillada y vestida Daphne caminaba por las calles de El Fuerte Apache para cumplir con la pequeña reunión antes de su cita que le había prometido a su mejor amigo.

Paro enfrente de la puerta, pero se tomó un tiempo al escuchar la música escandalosa que resonando de adentro de la casa. Cuando por fin se decidió por tocar se encontró con Sebastián el hermano mayor de su amigo, se notaba a kilómetros que estaba drogado.

- La linda Daphne!!!- exclamó levantando la botella de cerveza que sostenía- Justo a tiempo veni' vo' pa' la fiesta rubia, pasa piba, pasa.

La chica siempre odio el sentimiento de soledad que le transfería la casa de los muchachos, el mal estado de las paredes, el olor, la escasez de muebles. En ese momento había mucha gente, fumando, tomando, todos semi-desnudos, sin embargo el sentimiento de abandono seguía presente.

-¿Danilo se encuentra en su habitación?- pregunta Daphne manteniendo distancia con el mayor, no quería parecer maleducada pero su presencia le incomodaba. Esa incomodidad creció cuando hace unos meses se le había insinuado, causando que Danilo lo enfrente y le dijera algunos insultos para ponerlo en su lugar.

A Danilo le hervía la sangre cuando alguien le decía lago atrevido a su amiga, y más viniendo de su hermano, sabiendo lo degenerado que podría llegar a ser.

- El mariquita ese empezó a reclamar cosas, deja' de joder, andaba re enojado, se fue a lloriquear a su cuatro.

La chica no dudó ni dos segundos en correr al cuarto del muchacho, no se limitó ni a tocar la puerta pasando con la mayor confianza, lo observó acostado en su colchón en el piso dándole la espalda a la puerta.

- No joda' Seba, tómatela. - dijo con la voz quebrada, también se percibía rabia en su tono.

- Soy yo Dani- esa voz dulce de la chica causo que se diera vuelta, la miro con esos ojos rotos, una sonrisa nació de sus labios al verla con ese vestido blanco con pequeñas flores rojas, el chico incontables veces le decía lo mucho que amaba lo bella que se mostraba con ese vestido, verla así para el era como estar en el mismísimo paraíso.

Corrió para abrazarla, la cabeza del uruguayo reposaba en el hombro de la rubia, rompió el llanto al recibir esas sutiles caricias en su espalda.

- No aguanto más Daph, el hijo de puta dice que no hay plata pa' la comida, y despue' si hay pa' la puta birra y las minas en bola. Lo odio, odio vivir así, ya no aguanto.

- Vamos a sentarnos cariño - La joven no se había dado cuenta del apodo que había usado, pues salió del fondo de su corazón, por otro lado, a Danilo le retumbó por todo el cuerpo, cada día que pasaba el deseo de estar junto a ella de forma romántica se volvía más grande. Daphne se sentó con el chico acostado en sus piernas, limpiaba sus lágrimas y le daba mimos en el pelo. - No mereces esto, sos un chico increíble, con un corazón lleno de amor, tan valiente, dedicado, apasionado, Sebastián es un idiota si no puede ver la persona maravillosa que eres, no existen pretextos para no notar lo excepcional en ti.

- No diga' eso rubia, no sabe' lo que me cuesta no enamorarme mas de vo' con esas cosas que decís.

Los dos rieron, preferían tomarlo más como chiste que como declaración. Daphne sabía la labia que el chico poseía, la cantidad de chicas con las que se había chapado, en cambio ella ni su primer beso había dado, esperaba alguien especial, la rubia no se sentía a la altura de ser una de esas con las que Danilo se enrollaba, todas con sus voluminosos pechos y pircings en el ombligo , creía en su rol de amiga, le dolía, y mucho, todos esos chistes que eran solo eso, chistes.

𝐏𝐀𝐏𝐄𝐑 𝐑𝐈𝐍𝐆𝐒     /     𝐃anilo 𝐒anchez / APACHE  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora