Dedicatoria

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Para aquel joven francés que en el confín de los tiempos existió,

para mi primer "yo" escritor

que escribía poemas con pluma en la plaza.

Sin esa vida pasada no sería quien soy hoy.

Y para su madre, quien lo instruyó en los libros prohibidos.

Gracias por el pasado, por el presente y por el futuro.

Gracias por ser.

Poesía vestida de rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora