Tostadas Francesas ~ Primavera

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Aspiró el aroma dulce. Su cuerpo cansado y totalmente satisfecho. En la neblina del despertar sintió el cuerpo de la demonio a su lado. Una ladina sonrisa se extendió mientras se acomodaba a observarla en su total desnudez.

Devoró con la mirada.

Volver a saborear las mordidas. Escuchar sus jadeos.

Podría acostumbrarse a despertar así.

Incluso si la noche no fuera tan agitada. Esto era calmante y excitante.

Aspiró con agitación el aroma de la demonio en sus sábanas.

Deseaba que sólo su cuerpo se enredara así en su cama.

Ella se movió despertando.

-  Buenos días, mi demon belle. - saludo suave y posesivo.

No pudo evitar envolverla con los brazos y acercarla.

La desnudez, sus cuerpos en íntimo contacto.

-  Buenos días, Alastor.

Ella susurró, besándolo. Él observó con entusiasmo el aumento de la temperatura entre sus cuerpos.

-  Debo confesar, que así es difícil volver al hotel.

La rubia se removió un poco inquieta, pero aceptando la sensual caricia en su baja espalda que se retorcía hacia sus caderas.

-  Olvide que debo hacer el desayuno.

-  Que maravillosa idea.

-  ¿Eh? - se enfocó en su pareja.

Él se enterró en su cuello lamiendo hacia el nacimiento de sus pechos.

-  Verdaderamente encantador tener el desayuno en la cama. Darling.

-  E-espera Al. Yo me refería a ayudar a Nif...

Sintió los colmillos del demonio rojo rozar su pezón izquierdo, y se agitó, su cuerpo respondía al estímulo en una oleada de escalofríos.

-  Ella aceptará gustosa que prepare tostadas francesas.

-  ¿Ayudaras? - jadeo ante el estímulo en su otro pecho.

-  Gustosamente Charlie.

Un chasquido de interferencia y el movimiento.

-  Entonces debemos prepararnos para ir - se incorporó en la cama.

-  Pero el chef necesita probar antes.

El demonio rojo se posicionó encima de la rubia, sonrió malicioso, se lamió los labios ante el sonrojo de Charlie.

-  Bon appetit.

Sin estaciones en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora