Capitulo⁰⁶

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Jimin vió en la entrada principal aquel Alfa pelinegro, sorprendido al no ver el yeso en su brazo.

— Supongo que ya no seré su enfermero personal... — murmuró con algo de tristeza, pues, Taehyung se había convertido para él lo más cercano a un amigo.

Dió media vuelta para dirigirse a su salón pero choco con el cuerpo de alguien — ¡Lo siento, perdóname!

— Tenías que ser tú. Park Jimin. — dijo con desprecio — Me alegra que Kim ya no vaya estar cerca tuyo, pobre de él tener que aguantarte a tí y tus desastres.

— Yo... — tomó el borde de su chamarra y empezó a jugar con él, aguantando su llanto.

— Mejor ya vete antes de que golpee tu lindo rostro, Omega inútil. — aventó al rubio con su cuerpo, acercándose a Taehyung. Dejando triste y herido al Omega.

Jimin agachó su cabeza y retomó su andar mientras su lobito le cuestionaba si era verdad lo se ser un Omega tonto, claramente lo ignoraba pues no tenía una respuesta para eso.

« ¿Por qué todos dicen eso? No somos tontos e inútiles, Jiminie»

— ¡Hey! ¡Cuidado! — exclamó un beta tratando de llamar la atención del Omega pero fue inútil.

Jimin, quien solo caminaba tristemente fue golpeado en su cabeza por un balón de fútbol. Tapó la zona golpeada mientras sus ojitos se llenaban de lágrimas, el beta se acercó corriendo y tomó el balón.

— Menos mal no se ponchó. — soltó un suspiro de alivio.

— ¡Golpeaste mi cara! — exclamó él rubio.

— ¡Oh, vamos! Tú haces cosas peores, Park. No te quejes y mejor ve a ocasionar desastres a otro lado. — Intervino una de las espectadoras.

Jimin se sintió mal y simplemente caminó lejos de todos los que habían presenciado el golpe, fue a esconderse en los vestidores ya que a esa hora no había nadie en ellos. Al fin podía llorar por todos esos malos comentarios que le hacían, su lobito estaba muy triste, por el golpe y posiblemente porque otra vez andaría solo en la escuela.

« No somos inútiles... Duele »

 Otra vez estamos solos.

Cuando escucho el chirrido de la puerta ser abierta se escondió un poco más, tratando de que el cesto tapara su cuerpo.

— Jimin, ¿estás aquí?

Los ojitos de Jimin se iluminaron al reconocer la voz, era Taehyung.

— Uh... Aquí estoy. — habló algo dudoso, sonrió tímidamente cuando el Alfa estuvo enfrente suyo.

Taehyung se sentó en el suelo aún lado del rubio — ¿Qué haces aquí? Te he estado buscando

— ¿Por qué? Ya no tienes tu yeso, recuerdo que me dijiste que cuando te lo quitaran yo me tendría que alejar de ti. — dijo con algo de tristeza.

— Eso lo dije antes de que te conociera, aparte somos predestinados. — sonrió con felicidad

Jimin al escuchar eso volteo a ver al Alfa, ¿Que había dicho? ¿Predestinados? ¿Cuando?

— ¿Qué somos qué? — cuestionó exaltado.

"¿No lo sabe o se hace? Es obvio que somos predestinados" pensó.

— Somos predestinados.

— ¿Cómo estás tan seguro?

— Mi lobo me lo dijo, fue el día de las escaleras... Pensé que tú lobo también te lo había dicho, además, ¿No has sentido nada raro cuando estás conmigo?

Jimin pensó un poco la situación — Bueno... Cada vez que estaba contigo sentía cosquillas en mi panza pero pensé que era por comer mucho, también mi lobito se sentía feliz pero supuse que se ponía así porque eras mi primer amigo.

— Omega tonto.

Por alguna razón, Jimin no se sintió mal al escuchar eso. Al contrario, lo sintió como un halago. ¿Será porque lo dijo Taehyung?

— Aunque seamos predestinados supongo que no quieres que un Omega cómo yo sea tu esposo o pareja. — mencionó apenado.

— Soy muy feliz sabiendo que eres mi predestinados. — acarició la mejilla del rubio con delicadeza, Jimin en ese instante olvidó que esa mejilla era la que había recibido el impacto de un balón, pero ¿Cómo acordarse? ¡Kim Taehyung le estaba diciendo cosas lindas!

El rubio carraspeó un poco — De seguro mientes, sino estás mintiendo quiero que me digas que fue lo que te enamoró de mí o que te gusta de mí. Responde — ordenó.

Taehyung soltó una leve risita — Tu torpeza y tus ojitos de cachorro. — respondió sin pensar mucho su respuesta.

— Justifica eso... No te creo. — habló con sus mejillas rojas.

— Siempre que haces algo y hay algunos pequeños problemas haces unos ojitos tan lindos y siempre que vas hacer algo lo haces sin pensar, eso de alguna forma me gusta porque puedo ir al rescate. — dijo con una sonrisa en su rostro.

— ¿Y si en un futuro ocasionó un choque automovilístico? ¿Me seguirás queriendo? — interrogó.

Taehyung pensó un poco su respuesta — No te debes preocupar por eso... 

— Me preocupo porque no tendre dinero para pagar todos mis desastres y mis papás no creo que quieran pagar. — empezó a lloriquear.

— Park Jimin, yo, Kim Taehyung te prometo que me esforzaré muchísimo para tener dinero suficiente con el que pueda pagar todos tus desastres y que el día en que nos casemos. — sujeto la mano del rubio con delicadeza — No, desde hoy, voy a cuidarte porque eres mi Omega. Ten por seguro que cumpliré mi promesa.

— Yo... No sé que decir. — se arrojo a los brazos de pelinegro, sintiéndose feliz, muy feliz — ¿Cuando estemos casados seré un mantenido? 

— Sí, serás mi príncipe.

— ¡Jimin! ¡Dijiste que sabías andar en bicicleta! — grito el Alfa mientras se aferraba al cuerpo del rubio con fuerza

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— ¡Jimin! ¡Dijiste que sabías andar en bicicleta! — grito el Alfa mientras se aferraba al cuerpo del rubio con fuerza.

— ¡Ayer si sabía andar en bici! — se defendió mientras cerraba sus ojos con fuerz.

Bajar los escalones en bicicleta nos parecía tan difícil ni nada peligroso, pensó que era buena idea pero nada que piense él es buena idea.

— ¡Te quiero, Taehyung!

— ¡Yo también te quiero, Minnie! — grito con mucho miedo.

Los días de Taehyung jamás volvieron a ser tranquilos ni aburridos desde que conoció a Jimin, siempre había algo divertido que pasaría. Lo mejor era que pasaba de repente y sin imaginarselo.

Jimin iluminaba sus días, lo queria mucho. Aun recuerda perfectamente como hace poco ambos cayeron en la fuente de la plaza por intentar recojer una envoltura que a Jimin se le había caído por accidente.

Conocer a su Omega en la adolescencia fue lo mejor que el pudo haber pasado.

El esposo de KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora