Advierto algo, las chicas se llevan como en el principio de la película. O sea, mal porque en mi universo la Twilight original y su hermana van a la misma escuela y ninguna se ha acercado mucho a las chicas, sólo son amigas de Rarity, Apple Jack y Fluttershy. Con el transcurso de la historia las volveré más cercanas.
—Twiley, ¿Sabes por qué Twilight está tan rara?— pregunta Apple Jack apoyándose sobre la mesa de Twiley.
Ella, comúnmente, se sienta sola en una mesa vacía. No era porque no tuviera amigas, sólo era un gusto de ella estar sola en el almuerzo. Ni siquiera quería estar cerca de su hermana mientras comía. Era sólo una costumbre, nada malo con segundas intenciones. Twiley es muy solitaria, y eso es un poco preocupante para sus amigas, pero ese no es caso ahora. Apple Jack estaba preocupada por su hermana, no por ella.
Twiley llevó un pedazo de pudin a su boca, haciendo tardar más su respuesta. Luego de masticar y tragar, apuntó con su cuchara hacia la puerta del comedor.
—Creo que es porque está en dirección de nuevo.
—Ay, esa Twilight, ahora siempre se la pasa en dirección.
—¿Siempre?— pregunta Twiley con duda, incapaz de creer que su hermana fuera tan problemática como para terminar en dirección siempre.
—Hasta estando en educación física la llaman a dirección, ya hasta creo que dejó enamorada a la señora Celestia. – Rainbow Dash se metió en la charla haciendo una notoria burla desde su mesa, haciendo reír a sus compañeros que se sentaban junto a ella.
Apple Jack la miró con odio y ni siquiera le dirigió una palabra.
—Cómo sea, ¿Tú crees que esté de nuevo en dirección?—preguntó la rubia queriendo una respuesta para asegurarse.
—Por lo que dices, estoy segura de qué sí.— respondió Twiley.
Ya estando segura, acomodó su camisa y se despidió de aquella gemela.
—Ya voy a buscarla.
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Los pasos de Apple Jack por los pasillos eran firmes y despreocupados, sin interés de que alguien la escuchara acercarse ¿Por qué debería de preocuparse? Obviamente no tenía de nadie de quien ocultarse. Apple Jack no disfrutaba el silencio de los pasillos, podía escuchar con tanta claridad sus pasos que daba miedo, y que la luz comenzara a fallar volvía todo peor. Entre la oscuridad, escuchó sonidos de chapoteo y murmuros. Apple Jack sintió conocer aquella voz tan asfixiada.
La rubia de piel anaranjada se fue acercando de a poco al salón de dirección, caminando con lentitud mientras escuchaba los sonidos cada vez más fuertes. Cuando abrió lentamente la puerta, muy poco, lo suficiente para ver lo qué había allí, quedó inmóvil.
