—¿Por qué ella y no yo?— volvió a preguntar Twiley con decepción en su voz casi quebrantada por las lágrimas que retenía.
—Twiley... sabes que yo no...— Celestia intentó inventar una excusa, pero era patético. No le convenía arruinar el débil y moribundo corazón de Twiley. Celestia sale de su escritorio y se pone en frente de la muchacha, se acerca lo suficiente como para tomarla de su mentón y hacerla subir su vista. Muestra una sonrisa malévola, pero angelical a la vista de la muchacha menor. —¿Quién dijo que yo no te prefiero a ti? Eso es estúpido, cariño.
Twiley se sequó las lágrimas y la miró dando su último aliento de esperanza.
—¿De verdad?
—Claro, bebé.— tomó ambos costados de su rostro y la acercó más a ella para plantarle un dulce y suave beso en sus cálidos labios.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Twilight, deja de dormir tanto!— gritó Sunset Shimmer observando a la joven con su cabeza enterrada entre los libros. ¿Por qué diablos estaban juntas en la biblioteca si se odiaban tanto? Bueno, la profesora las obligó a hacer un trabajo en grupo.
—¡¿Qué diablos quieres que haga si tú no haces nada más que gritar?!
