𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐭𝐚𝐥𝐤 | Johnmark

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Un viernes por la noche, Mark fue llevado por sus amigos y Johnny entregó a su novio a su habitual juego de D&D y luego, lo sacaron de la cama de Jaemin para dormir con él y Haechan. A Johnny no le importaba dejar que su omega fuera a pasar tiempo con sus amigos, pasó el tiempo preparando todo para su viaje. Habían comprado una tienda de campaña barata para dos y algunos sacos de dormir, una pequeña hielera y algunas otras cosas que necesiten, echando un poco de mano de sus ahorros. Mark había pedido prestado un telescopio del departamento de Astronomía que actualmente estaba escondido debajo de la cama del alfa. Johnny tenía todo planeado para su viaje.

Entre todo, había un pequeño paquete que era el más importante. Algo que Johnny había comprado para su omega en línea y por lo que pagó una cantidad gigantesca de dinero, tanto para obtenerlo como para el envío al día siguiente para que fuera entregado a tiempo. Le había dado a Mark el pequeño collar de estrellas como su primer regalo de cortejo y le encantaba verlo usarlo. Rara vez veía a su omega sin el pequeño collar. Sin embargo, este regalo era algo mucho más personal y raro... lo había encontrado en línea y en el momento en que lo vio, supo que tenía que tenerlo para su omega. Pertenecía a su pequeña estrella, así que lo compró y en el momento en que lo abrió y lo vio en persona, supo que a Mark le iba a encantar.

Por la mañana, Mark y sus amigos estaban tomando un brunch exclusivo para omegas (lo cual aparentemente era una tradición). Johnny planeaba tomar el autobús para recoger su auto de alquiler y cargar todo para poder salir temprano en la tarde y llegar al lugar donde acamparían. Originalmente habían planeado alquilar un espacio en un campamento, pero con la lluvia de meteoritos, todos estaban ocupados y empacados, por lo que Johnny investigó un poco y encontró un ranchero a unos cientos de millas de la ciudad que había aceptado dejarles acampar en su tierra por un pequeño precio. Serían los únicos en kilómetros y kilómetros, lo cual era perfecto.

Una vez que tuvo todo lo más listo posible, se encontró en la sala común con el resto del equipo jugando futbolín y bromeando con ellos. Fue agradable tener una fuerte amistad con sus compañeros de equipo. Hablaron de sueños, panes futuros y sobre sus parejas por supuesto, el tema llegó a Mark y su misterioso "poder" que Hyundae insistía en que poseía. Johnny simplemente se rió y los despidió, pensando en su lindo  novio y en cuánto se burlaría si alguna vez escuchara eso. Ya era escéptico ante el mero concepto de suerte, pero si alguien alguna vez le dijera que alguien creía que tenía la capacidad de cambiar inconscientemente la suerte y el destino de las personas, probablemente sufriría un paro cardíaco y luego les daría un discurso de una hora sobre cómo funciona el método científico y cómo no se pueden simplemente afirmar cosas y convertirlas en verdad.

Mientras hablaba con sus compañeros de equipo, su teléfono sonó desde su bolsillo y se sorprendió cuando lo sacó y descubrió que era su mamá llamándolo. No sabía lo que su padre le había contado sobre él y lo que había sucedido entre ellos, pero sabía que ella probablemente se pondría del lado de su padre. Lo hizo en la mayoría de las cosas. Su madre era una de esas personas que llevaba demasiado lejos lo de "apoya a tu esposo". Era una buena persona, amable, generosa y cariñosa. Pero toda su vida ella había permitido que su padre los pisoteara a ambos. Todavía recordaba cuando tenía ocho años, y su padre había decidido que era demasiado mayor para que su madre lo perfumara, alegando que eso lo convertiría en un alfa suave, y ante su palabra, ella había dejado de olerlo. Sabía que para ella también había sido difícil, ella era su madre y él era su hijo. Su instinto natural era consolarlo y olerlo, pero él no la había abrazado desde que tenía ocho años. Su relación, que alguna vez fue lo más cercana posible, ahora era lo más distante posible de su propio padre.