𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐭𝐚𝐥𝐤 | Johnmark

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Llegó la noche del juego y Mark y Johnny se separaron afuera del dormitorio de omega. Johnny le dio a Mark un suave beso y el omega lo olió un poco más, a pesar de que su olor ya era tan poderoso en Johnny que era como una barrera sólida a su alrededor.

—¿Estás seguro de que quieres venir? Realmente puedes quedarte en casa para esto. Nadie en el equipo te culpará si no quieres estar allí— dijo Johnny mientras miraba a Mark a los ojos y lo sostenía. su bonito rostro entre sus manos grandes y callosas.

Mark miró a su alfa y vio sinceridad en él, pero sabía que eso era algo que tenía que hacer. Había tomado una decisión. Ya no iba a tener miedo. No iba a permitir que el miedo le impidiera hacer las cosas que quería hacer. Quería ir a animar a Johnny y al equipo. Quería ser su amuleto de buena suerte y cuando ganaran, como creía que lo harían, quería saltar a los brazos de su alfa y besarlo delante de todos. Así que eso era exactamente lo que iba a hacer. Puso sus manos sobre las más grandes de Johnny que ahuecaban su rostro.

—Quiero venir. Es hora de que deje el pasado en el pasado. No voy por él. Voy por ti y el equipo. Quiero verte ganar y quiero celebrar contigo. Ir Vístete y caliéntate. Me prepararé y te veré allí. Te amo.

—Yo también te amo, pequeña estrella.

Mark besó a Johnny por última vez y entró. Encontró a Donghyuck sentado en su escritorio, escribiendo en su computadora portátil cuando entró. Todos sus amigos iban con él al juego, por apoyo emocional y, en el caso de Jeno, por "seguridad". Tan pronto como Donghyuck vio a Mark, se levantó y lo abrazó, oliéndolo y apretándolo hasta que no pudo respirar.

—¡Milk! ¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor? ¿Estás seguro de que todavía quieres ir al juego? No es ninguna vergüenza permanecer alejado si tienes miedo. Te apoyaré pase lo que pase— divagaba Donghyuck mientras se aferra Mark.

Mark olió a su amigo con una sonrisa y soltando ligeras ristas, Donghyuck siempre hablaba demasiado cuando estaba preocupado, era una de sus características más entrañables. Mark simplemente apretó a su mejor amigo tan fuerte como pudo y le dio un beso en la mejilla.

—Estoy seguro de que quiero ir. Pero... ¿puedes ayudarme con algo?

—Cualquier cosa. Lo que sea.

—Yo he decidido que quiero lucir increíble mientras lo enfrento. Hae... hazme ver jodidamente sexy.

Donghyuck sonreía como si Navidad, su cumpleaños y las vacaciones de verano se hubieran juntado al mismo tiempo mientras miraba a su mejor amigo con un grito ahogado y una sonrisa y aplaudía como un niño sobreexcitado.

—¡Oh, Markie! ¡Pensé que nunca lo preguntarías!

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Johnny nunca había entrado en un vestuario tan silencioso. Cuando entró, las cabezas se volvieron hacia él y se intercambiaron pequeños gestos de asentimiento, pero nadie dijo nada. Todos ya estaban en la zona, concentrados y entusiasmados. Este partido era personal y ellos defendían uno de los suyos. Mark se había convertido en uno de ellos de alguna manera. Durante las últimas semanas, el omega vigilaba sus prácticas desde la barrera, les daba consejos y los veía por todo el campus... se había convertido en un elemento fijo para ellos. Era tan dulce, tan amable, y la forma en que había traído a Johnny no era poca cosa para ninguno de ellos. Él era como un hermano pequeño para ellos, y lo amaban como tal, y este juego ya estaba ganado incluso antes de jugarlo. Se había ganado aquella noche de otoño, hacía tantos años, cuando Song Daehyun y sus amigos atacaron su amuleto de la buena suerte. Ya no había vuelta atrás.