Sentimientos.

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2 años habían pasado desde que el no-muerto había empezado la misión de recolectar los pedazo de almas de Gwyn. El no-muerto era simplemente sorprendente, Gwyndolin creia que este le tomaría por los menos una década conseguir un pedazo del alma pero le fue muy inesperado enterarse qué en menos de 2 años ya tenía el pedazo de alma qué los 4 reyes tenían.

Hoy, el no-muerto se estaba recuperando, rescostado en una lujosa y cómoda cama en uno de los cuartos del castillo qué tenía una hoguera después de tal feroz batalla, era mediodía y eso significaba qué pronto le visitaría una persona muy especial para el.
El sonido de las llamas de la hoguera de repente cedieron cuando una nube de cenizas la cubría y de ella emergía aquella persona que el no-muerto estaba esperando: Anastasia de Astora, una guardiana de fuego qué desde el inicio de su aventura estaba ahí con el, esta cuando conoció al no-muerto qur estaba encerrada en un pozo con rejas bajo tierra. Pero gracias al no-muerto y un caballero con armadura de cebolla esta pudo salir. Aunque al principio ella no confiaba en las intenciones del no-muerto poco a poco empezó a confiar en el cuando vio la determinación que este tenía para agradarle.

-No-muerto, escuche de siegmeyer que venciste a los 4 reyes, vine aqui para ver si estabas bien.- La voz de aquella mujer era dulce y gentil, sus cabellos dorados y ojos azules solo resaltaba mas su belleza.
(Prometo que esta es una historia gay, solo denme tiempo :'v)

El no-muerto parecía feliz de ver a la mujer que antes había salvado de tal vez un trágico destino.
-Anastasia! Si, es verdad y si estoy bien gracias por preguntar.-
Este saco el alma de su bolsillo, esta resplandecia como si estuviera hecha de un pedazo del sol mismo. Pero Anastasia no le importo comenzó a revisar el cuerpo del no-muerto, este tenía heridas no tan profundas  pero si muy notables. Su condición de no-muerto le daba una gran resistencia pero la magia del abismo aun podía dañarlo.

-Seguro que estas bien? Si quieres puedo traer un poco de estus para que tus heridas se curen más rápido, o tal vez puedo usar mi talisman para.- Pero fue interrumpida cuando el no-muerto  empezó a roncar, este ya se había quedado dormido....

-Eres un idiota.-
Anastasia susurro, pero no pudo evitar sonreír cuando vio que después de tanto sufrimiento este tenía un momento de paz... Y por instinto... Esta se recostó al lado del no-muerto, como ya lo habían hecho antes...
(No sexualmente, sino como amigos. :v)

Gwyndolin estaba en su habitación muy pensativo, ya hace 2 años que el no-muerto había empezado su misión y de tantos viajes este siempre le traía un tipo de regalo. Pero justo hace 4 meses le trajo algo que nunca creía que volvería a ver...

*Flashback.*

-¿Gwyndolin?-
El no-muerto toco la puerta de la habitación del rey, detrás de él sostenía un racimo de rosas blancas...

Gwyndolin quien se estaba dando una ducha escucho aquel golpeteo y salió de la bañera solo usando una toalla para taparse la parte inferior de su cuerpo.

Al abrir la puerta el no-muerto pudo ver el cuerpo del pequeño rey, era tan femenino y delgado, su piel parecía estar hecha de ceda por lo blanca que era, sus caderas eran delgadas y su trasero más grande de los que alguien esperaría de un chico como Gwyndolin.
El rey miró al no-muerto, aún usando aquel casco en forma de sol que siempre usaba, Gwyndolin ya tenía cierta confianza con el no muerto así que usar casi nada de ropa no le parecía incómodo o extraño para el.

-No-muerto, ¿Quería hablar conmigo?-
Gwyndolin sonrio gentilmente, gracias a que el no-muerto era alguien muy feliz y du personalidad era de alguien que nadie podía odiar, el rey le habia empezado a tomar algo de cariño a este y además, aunque no lo admitía, se sentía muy aliviado cuando regresaba sano y salvo al palacio.

El delicado rey (Yaoi) (Dark souls) (Gwyndolin x No-muerto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora