Dr. Psiquiatra ( ℝ𝕦𝕤𝕞𝕖𝕩 )

Capítulo 3

Era viernes por la tarde y Rusia se encontraba en su oficina leyendo correos y ordenando papeles, le había pedido cierta información a España sobre México para poder hacer un informe de él.

Rusia era un joven recto de 25 años que tenía muy claro sus objetivos, pero para él, México no era un paciente que podía aportarle mucho a su experiencia, sin embargo aceptó porque era un acercamiento a cosas más grandes.

Pensaba que tal vez podría empatizar con él ya que no se llevaban mucho tiempo en edad.

Estaba muy perdido en sus pensamientos cuando tocaron la puerta de su oficina

–Adelante –dijo sin mucho interés–

Entraron España y México, este último no se veía muy feliz y tampoco sabía porque estaba ahí.

–Es un gusto conocerlo señor España

–El gusto es mío –respondió después de saludar a Rusia con un apretón de manos–

–Tu debes ser México, no?

México sólo movió la cabeza en señal de que había acertado

–Señor España, podría salir un momento?

–Claro –respondió para después dalir–

–Soy Rusia, no te haré nada, no muerdo lo prometo

El mexicano lo miró con curiosidad pero seguía sin decir una palabra

–Entiendo que estés un poco confundido, supongo que no te dijeron el porque estás aquí, siempre eres así de callado?

–No siempre –habló un poco bajo–

–Descuida, solo quiero ayudar

–Ayudar a qué? Quién eres? Una especie de doctor?

–Supongo, aunque el que debería hacer las preguntas soy yo

–Entonces eres un psicólogo

–Contigo lo soy

–Y por la noche eres Batman, no?

El ruso soltó un suspiro y tomó su taza de café

–Ríete era broma

–Estudié psicología y psiquiatría

–En serio? Yo no puedo ni con una

–Cuando quieres algo realmente luchas por ello

–Hay quiénes tienen privilegios

–Pues yo no los tuve –dio un sorbo a su café– Mi padre quería que fuera empresario

–Ah entonces eres rebelde

–Se podría decir que sí, ya tenemos algo en común, ves?

–Para qué me va a hacer un interrogatorio si de todos modos ya lo sabe?

–Porque no lo sé todo, sólo sé algunas cosas y entre esas cosas, sé que te pones algo... Loco

–No estoy loco

–Nunca dije que lo fueras. A tu edad es muy normal la rebeldía, te dejan salir de casa?

–No mucho, España trabaja y después de la escuela tengo que cuidar a mis hermanos –dijo empezando a chismosear un poco la oficina–

–Cuantos hermanos tienes?

–Dos, uno de once y otra de seis

–Wow, a comparación tuya son muy pequeños, tienes diecinueve, no?