Yizhan Shipper [Yizhan]

12

El castaño, exhausto tras finalizar su arduo trabajo, experimentaba una sensación de satisfacción al haber culminado exitosamente. Se encaminaba hacia el apartamento de su futura pareja, anhelando conocer los detalles de su conversación con su padre.

Por supuesto, para llegar hasta allí, requirió la asistencia de su manager, Dilraba, quien gentilmente lo acompañó hasta su morada. Una vez allí, Yibo se vistió con esmero, cubriendo su rostro con una mascarilla y un gorro negro para preservar su anonimato. Con su atuendo impecable, salió de su residencia con el objetivo de abordar un taxi y dirigirse al apartamento de Zhan.

Una vez frente al imponente edificio, se encaminó hacia el apartamento de Zhan y, al llegar, tocó la puerta con la esperanza de que su amado estuviera presente. Aunque Zhan le había entregado una copia de la llave de su morada, el caballero prefería anunciar su llegada para evitar cualquier posible incomodidad.

Después de tres golpes, la puerta se abrió. Yibo abrió los ojos de par en par al percatarse de la expresión triste en el rostro de Zhan. ¿Acaso su padre no lo había aceptado? ¿Había surgido algún conflicto entre ellos? Múltiples interrogantes invadieron la mente del apuesto caballero.

Zhan notó la preocupación reflejada en el rostro de su joven amante y lo abrazó con ternura. — Zhan... ¿Qué ha sucedido? ¿Tu padre...? — preguntó Yibo, lleno de inquietud.

Mientras Zhan se dejaba envolver por el cálido abrazo de Yibo, ocultó su rostro en el pecho de su amado y comenzó a reír ante la preocupación evidente en los ojos del apuesto caballero. Solo deseaba gastarle una pequeña broma. — Zhan, ¿por qué te ríes? — cuestionó Yibo, confundido, separándose ligeramente del abrazo para observar el rostro de su amado.

— Caíste completamente en mi trampa... — intentó explicar Zhan, conteniendo la risa. — Mi padre me ha aceptado, e incluso desea conocerte. Le has caído en gracia, Wang Yibo. — dijo Zhan, mostrando su encantadora sonrisa mientras entrecerraba los ojos.

Sonrió sutilmente en respuesta a aquella inquietud que lo había preocupado. — ¿Eso significa que... Tú y yo...? - cuestionó, fijando su mirada en los ojos del mayor. Al comprender la pregunta, el mayor sonrió ampliamente, mostrando sus diminutos dientes que le conferían una apariencia similar a la de un conejito. — Sí... Estoy libre de culpa ahora, ya... Ya no temeré amar a quien desee. — pronunció mientras se acercaba lentamente a los labios del joven, quien también acortaba la distancia entre ellos. Finalmente, sus labios se encontraron en un beso cálido y apasionado.

Se separaron unos centímetros y se miraron directamente a los ojos, esbozando una leve sonrisa. — No sabes cuán feliz estoy. —

— Yo también lo estoy. — alzó lentamente su mano derecha para acariciar la mejilla del joven, provocando una sonrisa aún más radiante en su rostro.

— Deseo que vivamos juntos. — propuso, tomando las manos de Zhan entre las suyas. Este parpadeó y comenzó a reír. — ¿De qué te ríes? — preguntó, arqueando una ceja.