Acto IV: La Ilusión de la Productividad.

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Decidido a ser productivo, el escritor organiza su espacio de trabajo, compra nuevos cuadernos y descarga aplicaciones de escritura

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Decidido a ser productivo, el escritor organiza su espacio de trabajo, compra nuevos cuadernos y descarga aplicaciones de escritura.

Convencido de que estos artilugios mágicos desbloquearán su genialidad, se sienta, ansioso.

 Pero las palabras lo siguen esquivando, como si fueran escurridizas criaturas de otro reino.

Toma uno de los cuadernos y un lápiz, pinta un garabato, luego otro y así unos cuantos.

Cuando la hoja de cuaderno tiene suficientes garabatos, la observa detenida y minuciosamente; se pregunta:

¿Es acaso esto un papiro encriptado? 


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