Brunhelle había estado entrenando exhaustivamente después de sus encuentros tan inesperados con Loki, los cuales habían ido en aumento.
En el último había logrado colarse en su habitación con la apariencia de Randgriz y solo lo había descubierto al ver aquella sonrisa suya tan característica cuando se giro y noto su reflejo en el espejo de su cuarto.
Si era sincera aquellos encuentros le eran molestos, pero también un poco divertidos, cuando notaba quién era en realidad la persona frente suyo gustaba de hacerle el mismo tipo de bromas hacia su persona hasta que un muy ofendido Loki se manifestaba frente a ella para reprenderla.
Sin duda alguna, ese tipo de trato era un cambio inesperado que nadie habría imaginado que pudiera darse entre ellos dos.
O tal vez solo una persona que sabía todo había notado el reciente interés de Loki por una valquiria.
Odín, el padre de todo, era consciente de la particular relación entre ellos, sin lugar a dudas Loki estaba interesado en aquella valquiria y ella podría llegar a ser más que un entretenimiento para él, de eso estaba seguro, pero no por ello estaba de acuerdo.
Odín tenía planeas desde hace mucho tiempo, dichos planes sabía terminarían involucrando a la hermana de la valquiria que ahora pretendía el corazón de uno de los dioses principales del Valhalla y al novio de dicha hermana, y Odín no estaba seguro de cuánto eso podría afectarle en un futuro.
Así que por supuesto ya tenía un plan de contingencia en marcha y ¿qué mejor manera de quitarse de en medio un problema a futuro que con un daño colateral?
Pero para eso tendría que dañar mucho la estabilidad casi inquebrantable de las hermanas, debilitarlas lo suficiente como para que, en un futuro, ninguna supusiera ningun gran riesgo.
O, simplemente, deshacerse de una de ellas.
Como parte de una misión de conquista, Odín mando un grupo de guardías y de valquirias a Jotunheim, era una misión de ida y vuelta para recuperar territorios conquistados, sin embargo nadie esperaba que en lugar de Brunhilda, Brunhelle fuera la que lideraría esta misión.
La noche antes de partir, Brunhilde le dio un entrenamiento especial a seguir a su hermana antes de tener que ir a hacer sus guardias nocturnas, sin embargo, apenas la joven valquiria se quedó sola, Loki se manifestó y la miró entrenar un rato en silencio.
-Eres un fracaso, mejor renuncia a ser valquiria -dijo para molestarla.
-Buenas noches a ti también, Loki -respondió ella practicando un par de ataques con su lanza.
-Es en serio. Deberías de cambiar de oficio.
-Es mi labor y es lo que yo quiero hacer.
-Lo haces fatal.
-Bueno, ¿y qué más tienes que hacer aquí aparte de meter las narices donde nadie te llama?
-Iras a Jotunheim.
-Sí, mañana temprano.
-No vayas.
-Es una orden directa del señor Odín.
-Ni siquiera debería de ser así. Esas tierras siempre tienen gigantes y a veces simplemente se van, no es necesario ir -dijo y se acerco a ella, de un movimiento de cadenas que materializo de sus manos, frenó su lanza e hizo que se acercara a él.
-Me sé cuidar y sé pelear.
-No es cuestión de tener entrenamiento. Esos seres son... Son sanguinarios, matar no les supone ningún riesgo.
-Yo...
-No quiero que vayas.
-Eso ya no depende de ninguno de nosotros.
-Le pediré a mi tío que...
-Por favor no -lo interrumpió Brunhelle-. Esto es un gran paso para mí, no quiero defraudar a nadie... Estaré bien.
-Es que... Yo no te puedo perder -dijo con sinceridad Loki, después recapacitó en sus palabras e intentó corregirse-. Ya sabes, nos llevamos bien, de todas las valquirias eres la que sí entiende mis bromas y yo, bueno, yo...
-Creo que esto es un poco inapropiado de hablar. No pertenecemos ni siquiera a la misma casta.
-Y a mí no me importa.
-Tengo que irme.
-Por favor, Brunhelle... ¿Acaso hay alguien más para ti?
-Loki...
Y de pronto la puerta se abrió, dejando ver a Sigfried caminando hacia ellos.
-Brunhelle, el señor Odín quiere verte -dijo.
Ella le sonrió calidamente a Sigfried y asintió.
-Gracias, de inmediato. ¿Mañana irás conmigo?
-Por supuesto, alguien debe de protegerte -respondió Sigfried acariciando juguetonamente las mejillas de Brunhelle.
-Ya me siento más segura... Nos vemos. Adiós, Loki -se despidió Brunhelle y se fue.
Ambos hombres se quedaron en la habitación, pero cuando Sigfried se despidió cortesmente, se quedó solo Loki.
Bueno, no tan solo, pues la habitación se había llenado con los celos que le había producido ver el intercambio de afecto de Brunhelle con aquel guerrero.
Mientras tanto, Brunhelle, atendiendo a la petición de Odín, fue a verlo para darle un último repaso a la misión del día de mañana, sin embargo, le tomó por sorpresa ver un menor número de guerreros.
-Son de élite, no necesitas más, insolente -le dijo uno de los cuervos de Odín e estaban en la misma mesa donde tenían desplegado el mapa
Brunhelle no comentó nada más y simplemente accedió a las ordenes que le imponían.
La mañana siguiente pasó a la historia como el día en el que los guerreros de Asgard fueron masacrados.
Odín había preparado todo para que Brunhelle, en un descuido, terminara muerta o capturada por la horda de gigantes que iba a suu encuentro. La primera opción era arriesgada, porque no sabía qué movimiento podría incluso Loki hacer para traerla de regreso, así que esperaba que simplemente muriera y no causara más alboroto su presencia.
Desafortunadamente, no considero que uno de los guerreros que la acompañó sería capaz de sacrificar a muchos de sus compañeros con tal de impedir que algo le sucediera.
Sí, ese día hubo una masacre, la sangre de Asgard fue derramada sobre tierras enemigas y apenas unos cuantos lograron volver, sin embargo, apenas lo hicieron, le relataron lo sucedido a Odín, quien escucho atento cómo Sigfried había sacrificado la vida de sus compañeros solo para proteger a una valquiria.
Es bien sabido que las leyes de Asgard son duras, pero no tanto como sus castigos, aún así, el que enfrentó Sigfried por haber provocado demasiadas muertes con tal de salvar a Brunhelle parecía demasiado excesivo, aún así, cuando se somentió a votación, la mayoría de los dioses de la corte estuvieron a favor.
Incluso Loki estuvo a favor, aún cuando Brunhelle estaba de rodillas suplicando que el castigo fuera para ella por su debilidad o que incluso, si no podían castigarla a ella, no fueran tan severos con Sigfried.
Sin embargo, a pesar de sus súplicas, el castigo de Sigfried ya estaba decidido y mientras esperaba el momento en que su sentencia fuera ejecutada, en un futuro desconocido, sería encadenado en las raíces del Yggdrasil, a la espera de su sentencia de muerte, en silencio, y sin posibilidad de salvación.
Aquellos sucesos por supuesto que cumplieron el objetivo de Odín sobre fracturar la relación de las hermanas.
Brunhilde estaba furiosa con su pequeña hermana por haber provocado, según ella, todos los sucesos que ocurrían y la confianza de Brunhelle estaba por los suelos por creerse débil e insignificante.
Los planes de Odín nunca fallaban.
Y, por supuesto, la tragedia que sucedió a continuación seguía siendo parte de su plan.

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La mentira del Dios
FanfictionEl Dios de las Mentiras siempre ha tenido un aspecto travieso, pero ¿y si eso solo ocultara un poco de su dolor? ¿Y si ha estado sufriendo y queriendo llorar cada que ríe? ¿Y si solo se obsesionó con cierta valquiria porque se parecía a la mujer que...