Don't Trust

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—Entonces... ¿Ya está?, ¿Se terminó? -preguntó Taehyung.

Los chicos habían salido antes que ellas, de la estación; decidieron irse y esperarlas en la casa de Blackpink, dado que Jisoo les dió una llave para emergencias, se les hizo fácil esperarlas ahí. Comenzaron a hablar de todo lo sucedido en cuanto las cuatro cruzaron la puerta.

—Supongo que sí. -respondió Jennie en un suspiro.

—¿Somos libres, entonces? -continuó Jimin.

—Despues de tanto tiempo, supongo que era justo. -mencionó Hoseok.

—Es increíble... -habló Jin en una pequeña risa, llamando la atención de Lisa que, había estado muy callada desde que salieron de la estación.- Después de todo lo que hemos pasado, supongo que hay que ser muy inteligente para lograr lo que nosotros.

—Burlamos la ley. -soltó Yoongi.

Lisa bufó mirándolos a todos, soltando de golpe el cojín en sus manos y levantándose para caminar directo a su habitación; ni siquiera respondió cuando Rosé le preguntó a dónde iba, Namjoon repitió la pregunta temiendo que Lisa no hubiera escuchado pero, igual fue ignorado, obteniendo su respuesta cuando se escuchó el portazo en la habitación de Lisa.

Ella estaba frustrada, ¿cómo ellos lo veían tan fácil?, ¿cómo había pasado de, huir de su pasado, a ésto?. Se había ido de Tailandia, había abandonado su cultura, su país, a los amigos y familia que le quedaban solo por no ser juzgada como la hija de un asesino y... terminó convirtiéndose en el asesino. Pasó de ser la víctima a ser el victimario y sus amigos, quienes se suponía que debían ser su apoyo, lo tomaban a la ligera. Tal vez era su culpa por no decirle cómo se sentía pero, ¿tenía que hacerlo?, ¿y si la juzgaban?.

Todo daba vueltas en su cabeza, y aquella pequeña punzada que le avisaba del repentino dolor. Dio vueltas y vueltas en su habitación, casi gastando la planta de sus pies desnudos; necesitaba un consuelo de alguien que supiera lo que sentía, miró hacia el tocador con la esperanza de que él apareciera en el espejo pero, nada, él no estaba. Aún así, el nervio y el temor la atacaron como nunca cuando miró el objeto ensangrentado frente a ella.

—Estas en peligro. -soltó, apareciendo de repente en el reflejo.

Temblando y con la mirada borrosa, tomó la engrapadora y con un grito, la lanzó contra el gran espejo haciendo que cientos de pedacitos de cristal saltaran por toda la habitación lastimando su rostro y sus manos cuando intentó lanzar al suelo los cristales que aún quedaban intactos.

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Desde el primer piso, un estruendo y un grito los hizo subir rápidamente las escaleras, llegando a la habitación de Lisa mirándola tirada en el suelo, con sus rodillas abrazadas contra su pecho, llorando incontrolablemente y temblando.

Ahora sí que parecía una loca.

—Lili, ¿Que pasó? -se acercó Jisoo rápidamente sin importar lastimarse cuando se arrodilló sobre los cristales junto a ella.

—Yo no quería que ésto pasara. -soltó Lisa, aún llorando y temblando con su rostro escondido entre sus brazos y sus rodillas.

—Lisa... -Jennie se acercó cautelosa.- ¿De que estás hablando?

—No quiero que les hagan daño. -continuó.

—Lili, -intentó Rosé.- ¿De que estás hablando?

—Me equivoqué y lo siento... -mencionó levantando lentamente su cabeza, mirando a sus amigas y a los siete chicos parados mirando el desastre de los vidrios rotos.

—Linda tu cara... -ignoró Jisoo acariciando las heridas en el rostro de su amiga, sabiendo que debía no prestar atención a aquello pues, Lisa no era completamente culpable.

—Chicas. -les llamó Namjoon, mostrando en sus manos aquella engrapadora que habían dado por perdida.

—¿Cómo es que...

Jennie no pudo terminar su pregunta pues fue interrumpida cuando Jungkook se acercó rápidamente a Lisa para cubrir su vista hacia el objeto.

—Preciosa, déjame ver tus manos. -dijo en un tono suave, acariciando los brazos de Lisa.

Ella movió sus manos temblorosas y frias, aún con lágrimas en sus ojos, miró a Jungkook quién la ayudó a levantarse y se la llevó directo al baño para lavar su rostro y sus manos ensangrentados por los roces de los cristales perdidos y los cortes que ella se causó en su desesperación.

—Lo lamento. -repitió una y otra vez.

—Deja de disculparte. -le respondió Jungkook mientras salían del baño para volver a la habitación.

—Él estaba ahí. -soltó, llamando la atención de todos.

—¿Por qué no nos dijiste que había vuelto? -le preguntó Rosé.

—Tenia miedo. -dijo temblorosa.

—¿De qué? -preguntó Jimin.

—De volver a ser como él.

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