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Al día siguiente, Murdoc despertó muy tarde. Bajó las escaleras con mucha pesadez, y sobando su cabeza.—Aghhh, rayos. Anoche no sé ni cómo ni cuando volvimos a casa.

—Yo nos traje a todos sanos y salvos, de nada.—Comenta Russel desde el comedor. Él era quien estaba en mejores condiciones y fresco como lechuga a diferencia de los demás.

—Gracias, Russ, ¿Que haríamos sin ti?—Dice 2D.

—Señores, vengan a ver esto.—Dice Noodle estando en la sala. Se acercan a ella y les muestra el celular dónde estaba el vídeo de la propuesta de matrimonio de anoche. Ella no puede evitar soltar una risa escandalosa.—¡Ni siquiera me acordaba que estaba grabando!

—¡Noodle, quita eso!—2D súplica.

—¡Sí, bórralo, es vergonzoso!—Murdoc está de acuerdo.

—¡No lo haré!—Noodle defiende su teléfono de que se lo quiten.—Ayer le pediste a 2D que se casara contigo ¡Debes cumplirlo!

—¡No hablamos en serio! Estábamos muy ebrios. Entiende que todo fue broma.

—Sí, bueno, no me sorprende. Para ti, todas las relaciones que apuntan a algo serio las consideras una burla.

—Uh, ese fue un golpe bajo.—Comenta Russel.

—¡2D, sabes que estábamos jugando verdad!—Exclama Murdoc con desespero.

—Sí. Por supuesto. Nunca te tomaría en serio con algo como el matrimonio, Mudz.

Entre ambos se sostienen la mirada, callados, pero no pueden por mucho. El ambiente se ha vuelto incómodo, y lo que Murdoc acaba de oír de su cantante no le gustó para nada.

—¿Qué has dicho?

Black Wedding Donde viven las historias. Descúbrelo ahora