El festejo después de la ceremonia se llevaba a cabo. Ofrecieron bocadillos a sus invitados y demas comida en tres tiempos, todo era muy elegante, incluso el sitio que resultó ser un antiguo castillo medieval remodelado y que ahora servía para organizar fiestas. Mientras todo ello ocurría, 2D seguía ensimismado pensando que todo era un sueño y en cualquier momento despertaría. Sintió el tacto de Murdoc sobre su mano y volvió a mirarlo. Ambos compartían la mesa principal que era el punto focal del evento, ataviada con manteles negros y rojos.
—Te noto muy pensativo ¿Estás bien?—Pregunta su ahora esposo.
—Sigo sin creer que ya estoy casado.
—Yo aún no me acostumbro tampoco, te entiendo.
—Es decir, quisiste hacer todo esto de buenas a primeras. Ya dime hasta cuando vas a seguir fingiendo que está mala broma de verdad es convincente.
—¿2D, te atreves a decir que nuestro matrimonio es una mentira?—Pregunta con el ego herido.
—Digo, está bien, acepto que todo es legítimo pero ¿Si es tan real entonces por qué no lo hiciste desde hace años? Ni siquiera es como si me amaras o algo.
—¿Tú crees que no te amo?
—Muchas veces lo dudo. Tan siquiera que me aprecies, por como me tratas siempre.
Murdoc suelta un gruñido. Apenas es su primer día unidos por la eternidad y ya están peleando.—No te portes así ahora. Hablamos cuando todo termine.
Así continuo la fiesta hasta bien entrada la madrugada. 2D buscó pronto irse a su habitación a dormir pues estaba exhausto. Murdoc le siguió después tratando entrar discreto.—Te dije que me esperaras, estaba detrás de ti.—Le recrimina en murmullos.
—Estoy muy cansado.—Dice somnoliento.
—Esa no es forma de tratar a tu marido.
2D se yergue para enfrentarlo.—¿Ahora si me harás tomarme este matrimonio en serio como prometiste?
—Oh ¡Claro! Dame un segundo.—Murdoc se quita la camisa para dejar su torso desnudo y ya está procediendo con los zapatos y los pantalones de su atuendo.
—¡Espera! Me refería a platicarlo. No tienes que quitarte la ropa.—Entra en pánico.
—De todas formas ya nos vamos a dormir en un rato, y yo acostumbro a dormir sin nada. Escucha, 2D, podría explicarte las mil y un razones de porque este matrimonio nos queda perfecto, el porqué somos compatibles y el porqué somos una pareja envidiable pero prefiero actuar en vez de hablar. Está tarde creías que mi amor por ti es falso. Tengo que demostrarte que eres el único para mí, porque con nadie más pasaría la inmortalidad a mi lado.
Eres el único que me soporta y creeme, no es fácil lidiar conmigo, has estado junto a mi a pesar de todo desde que nos conocemos. Y tú, por tu lado, te comportas a veces como un niño inmaduro. No sabes ni amarrarte las agujetas, ¿Quien mejor para soportarte y cuidarte que yo? Admitelo, somos dos hombres que se toleran el uno al otro y por eso nos merecemos. En nuestra vejez ¿qué se supone que haremos? Tal vez cada quien por su lado y viajar por el mundo, pero creo que sería lindo si hubiera alguien con quién compartirlo.Murdoc ha dicho más de lo que 2D quería escuchar y al parecer ni se dió cuenta. Sus palabras lo conmueven.—Crei que abririíamos nuestro local de bollos.
—Eso también.
—Gracias por decir eso, Murdoc. Y perdón. Solo no quería salir lastimado otra vez. Tenía miedo.
—No te preocupes, querido. Prometo no hacer nada para nunca herirte, puedes confiar en mi. Ahora vamos, disfrutemos de nuestra primera noche de casados, nuestra luna de miel.