El camerino

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Me reúno esta mañana con Juanjo y su equipo. Llevo a Laura, mi nueva representante. He decidido que es una buena idea tener la ayuda de alguien en este ámbito y entre las opciones que tenía ha sido la que más me ha gustado por su personalidad y capacidad.

Es una mujer que impone mucho con su altura y su forma tan pulcra de vestir, que a mi lado desentona muchísimo. He intentado arreglarme un poco más formal, pero sin perder mi esencia.

No ha hecho falta moverme de Madrid en esta ocasión, el bufete de abogados donde nos han pedido encontrarnos está en el centro, en un moderno edificio altísimo.

Todavía es temprano. Mi representante me ha obligado a salir mucho más pronto de lo que hubiera hecho yo, evitándome llegar justo. Al entrar al edificio, nos abrimos paso entre las personas trajeadas hasta llegar al ascensor, al final de la planta. Ella pulsa el botón y nos dirigimos a la planta nueve en silencio. Apoyado contra una de las paredes, me pongo a reflexionar, transmitiéndoselo a mi pierna en un movimiento nervioso.

-No te preocupes tanto, tengo un buen presentimiento. -Me calma Laura, mostrando una cara convincente, que hace que la crea. A lo mejor, por esa misma expresión fue que la contraté.

Las puertas se abren sin permitirme volver a los pensamientos intrusivos, fundados con razón, pues es un poco alarmante que te citen de manera tan formal sin ninguna conversación establecida. Por lo que no tengo ni idea del por qué estoy aquí.

Avanzamos por el corto pasillo, que muestra una gran puerta al final. Hago el intento de abrirla, pero mi representante me detiene, insistiendo en que debería ser ella la que lo hiciera. Quitándome así la poca confianza que había conseguido a lo largo de la mañana, exponiendome de primeras a lo que haya dentro.

En vez de discutir en los segundos que me da antes de bajar el pomo, aprovecho para buscar una postura imponente, que es solo una fachada. Fachada que se desarma por el buen rollo que hay al otro lado.

Me reciben agradablemente, algunos con una leve sonrisa confiada, sin ser maliciosa. Probablemente contagiadas por la emoción que emana Juanjo. Él no la oculta y a nadie allí dentro parece molestarle.

Laura ha llegado hasta la mesa, saludando a sus compañeros de oficio y tomando asiento, dejando solo libre dos en el centro de la mesa.

Entre los varios abogados que hay, habla el que está sentado delante nuestra, supongo que será su representante pues recuerdo haberlo visto antes. Juanjo, a mi derecha, desciende su mano tímidamente hasta encontrar mi muñeca, donde acaricia suavemente. Con la nueva distracción, tardo en procesar lo que el hombre está diciendo, pero cuando lo hago, llevo mi mano a mi boca con evidente impresión, a la vez que su mano termina de descender apretando fuertemente la mía.

Debo decir que de todos los escenarios que había imaginado por la inquietud, lo que ha pasado ahora no estaba dentro de ninguno de ellos.

Debo decir que de todos los escenarios que había imaginado por la inquietud, lo que ha pasado ahora no estaba dentro de ninguno de ellos

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Tras el escenario ~ JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora