CAPITULO 14

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—Entonces, ¿a dónde vamos a desayunar? —preguntó Jin mientras salía de la habitación.

Tan contento como estaba de ver al hombre completamente vestido, Taehyung deseaba haber mantenido desvestido a Jin un poco más. Era realmente agradable sólo mirarlo.

—Estaba pensando en Oh Koffee Masri, si les parece bien.

Jin asintió. —Tienen buen té turco.

—Bueno, vamos entonces. —Youn se puso de pie con Jinnie en sus brazos. Se inclinó para agarrar su manta y luego lo cubrió con ella.

—Agarra el asiento de coche de Jinnie de paso.

—Uh, podemos ir dando un paseo, Youn —dijo Taehyung—. Oh Koffee Masri está justo bajando la calle.

—Tenemos que hacer una parada antes de ir a desayunar.

—¿Sí?

Youn nunca respondió a Taehyung. Salió del apartamento con Jinnie envuelto en sus brazos. Taehyung y Jin no tuvieron más remedio que seguirla. Abajo, amarraron la sillita de coche al asiento trasero y luego abrocharon el cinturón de Jinnie. Taehyung se subió en el asiento del acompañante mientras Jin se sentaba atrás con Jinnie. Youn conducía, era su coche.

—Entonces, ¿Adónde vamos? —preguntó Taehyung una vez que se pusieron en marcha.

—Ya verás —respondió Youn.

Taehyung frunció el ceño. Youn estaba siendo muy misteriosa. Era muy temprano para eso. Aun así, adoraba a la mujer, así que si quería ser críptica antes de que el sol hubiera tenido la oportunidad de elevarse en el cielo, que así fuera. Pasaron por el parque en medio del pueblo hacia un vecindario a un par de manzanas de la plaza principal. Taehyung reconoció la zona. Había caminado por aquí con Jin cuando estuvo mostrándole el pequeño pueblo. Era un lindo vecindario. Antiguo, pero bien cuidado.

Youn estacionó en la entrada de una pequeña casa blanca de estilo artesano y apagó el motor. Sonrió cuando miró hacia Taehyung.

—Vamos —dijo—. Quiero mostrarte algo.

Taehyung miró hacia el asiento trasero. La confusión en el rostro de Jin tuvo que reflejar la suya. No tenía idea de lo que Youn podría querer mostrarle. Aún era temprano. Quizás no todas sus células cerebrales funcionaban en todos los propulsores. Taehyung obedientemente salió del coche y se encontró con Youn cerca del frente del vehículo. Una vez que Jin se unió a ellos, Jinnie acurrucado cerca de su pecho, siguió a Youn hacia la puerta principal de la casa.

Antes de que pudieran llegar a ella, una camioneta se detuvo frente a la casa. Taehyung sonrió, reconociendo que pertenecía a sus jefes. Simplemente no entendía por qué estaban aquí. No era domingo.

—Hey —dijo cuando los dos hombres los alcanzaron—. Espero que el motivo por el que bajaron de la montaña un sábado no sea que voy a ser despedido.

John se rio. —El día todavía es joven.

—¿Hice algo mal? —preguntó Taehyung cuando su estómago comenzó a anudarse. Necesitaba su trabajo, especialmente con el bebé aquí. —Sé que rompo muchos platos, pero...

Taeil rodó los ojos y golpeó a John en el pecho con el dorso de la mano. —Ya basta. Estás asustando a Taehyung.

—Entonces, ¿no estoy despedido? —Tenía que estar seguro.

—Infiernos, no —dijo John—. Me lincharían si intentara despedirte. El negocio ha aumentado casi un veinticinco por ciento desde que comenzaste a cocinar para nosotros. En realidad, estamos obteniendo beneficios con el maldito lugar por primera vez desde que se lo compramos a Youn.

WINDY SPRING XIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora