Tercero

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"Recordad que el martes de la semana que viene tenéis que entregarme la práctica." Dice el profesor. "Y por favor, no lo dejéis para el último momento, que luego se acumula y pasa lo que pasa."

Martin oye las últimas palabras de pasada, ya comenzando a recoger sus cosas, junto con el resto de sus compañeros. Salir un viernes de clase a las tres debería de estar penado por ley. Al menos, la semana ha terminado y puede remolonear hasta el lunes en su cama junto a Kiki y Rus.

Con un poco de suerte, las convence para ir a alguna cafetería medio indie y obtener un café y una magdalena desorbitadamente caros. Sus pies siguen casi por inercia el camino hasta su piso, la cantidad de veces que hace ese mismo recorrido  está empezando a ser tediosa.

Chiara y Ruslana llegaron a casa ayer a la misma hora a la cual él se levantó para ir a clase, pero probablemente ya se habrán despertado. En las últimas dos semanas, han desarrollado una rutina que consiste en comerse un enorme plato de pasta juntos, los días siguientes a que sus amigas salen de fiesta. Siempre encuentran la manera de incluirlo en todas sus historias, Martin sabe que estaría perdido sin ellas en Madrid.

Hoy, sin embargo, le interesa un poco más lo que tengan que contarle de la noche anterior.

Cuando se ha despertado esta mañana, Juanjo había aceptado su solicitud y le había seguido de vuelta. Ni que decir tiene que Martin se ha pasado las seis horas de clase analizando cada uno de sus posts. De momento, la información que ha recopilado es la siguiente:

Tiene amigos hasta debajo de las piedras.

Sale de fiesta todos los findes y parece que no se queda quieto ni un minuto.

Está obsesionado con su pueblo en Zaragoza.

¿Ganó un concurso de jotas de la televisión aragonesa?

Es lo suficientemente guapo como para obviar que sube historias con Anuel de fondo.

La lista de cosas que no ha conseguido averiguar incluye;

Es o no es gay.

Ya está, esa es la lista.

Por ello, cuando Martin llega a su piso y entra por el salón, encontrándose con Kiki y Rus tiradas en el sofá, un episodio de Castle de fondo y todavía con el pijama puesto, se tiene que contener mucho de no preguntar directamente por Juanjo.

"Os veo muy activas, ¿no?" acaba diciendo. Ellas responden con un resoplido y unos cuantos quejidos en protesta a que Martin haya encendido la luz. "Venga, venga, a la cocina que me teneis que poner al día."

Después de insistir durante unos minutos, consigue que se muevan hasta la mesa de la cocina. Una vez ahí, ya con una aspirina y un vaso de agua delante, Ruslana comienza a contar la noche anterior;

"Pues, a ver, cuando llegamos al bar donde tocaba el amigo este de Bea, el DJ, resulta que es el chaval éste que le tiró los trastos a Kiki una vez sin saber que era lesbiana... Pero nada, todo petado." Rus hace una pausa para beber. "Ni conseguimos la copa gratis ni nada, pero ambientazo. Muy buen rollo. El único que se puso como una cuba, Juanjo, mi pobre niño. A saco toda la noche, lo que me pude reír con él. Más majo, se relajó un montón cuando salimos de casa. Que al principio me pareció así un pijo chulo... Pero que va, super gracioso..."

"El momento de encima del contenedor bailando... Me mata, baby, de verdad... Casi se muere el pobre." Interrumpe Chiara, ambas comenzando a reírse sin parar. "Es que no... Entre Álvaro y él toda la noche de risas, dios mío."

"Si hubieras venido, te lo habrías pasado genial, mi amor." le dice Ruslana a Martin. "Que bueno, ganas por venir al final tenías, ¿no?"

Martin se siente enrojecer levemente, pero tampoco es como que no lo viera venir. Rus siempre lo cala la primera.

to the stars and backDonde viven las historias. Descúbrelo ahora