to the stars and back

Decimotercero

de nada...

...

  "Yo..." Da un suspiro antes de continuar. "Tendría que haberte dicho que sí."

Juanjo vuelve a dar un paso hacia delante, pero esta vez, Martin no retrocede. Siente como el corazón se le va a salir por la boca.

"Juanjo, estás borracho..." Martin se pasa la mano por el pelo, intentando peinarse inútilmente. "No tienes ni idea de lo que estás hablando."

"Sí, claro que sé de qué hablo." Le interrumpe el chico, mientras el vasco comienza a negar con la cabeza. "Martin, escuchame, por favor."

Cuando sus ojos se conectan, es capaz de ver en ellos una honestidad que nunca había sido capaz de vislumbrar en Juanjo. Se siente encoger, ante la mirada del otro. Lleva días pensando en cómo sería este momento. Qué sería volver a verlo después de esa última noche. No se dió cuenta en ningún momento de lo que sería tener que enfrentarse a la expresión dolida que Juanjo le dedica.

Se queda callado, porque no tiene nada que decirle, pero no cierra la puerta de su casa ni hace el amago de alejarse.

"Estoy borracho, tienes razón, pero no lo suficiente como para no darme cuenta de que lo que te digo es de verdad." Comienza el maño, Martin puede ver como las lágrimas se acumulan en sus ojos. Nunca antes le había visto llorar. "La otra noche, en Halloween, me acojoné. Y lo siento, porque no te mereces... He hecho las cosas fatal."

Martin suelta una risa pausada, la visión de Juanjo enfrente de él, sin ser capaz de decir una frase completa, claramente desbordado por sus emociones, no era algo con lo que contara para esa noche. Se siente estupido, la manera en la que la pesadilla de los últimos días parece escaparse de su recuerdo.

"¿Puedo pasar?" Le pregunta Juanjo, en un susurro. "Por favor".

Martin se plantea cerrar la puerta en su cara, olvidarse del último mes hablando con él todos los días, ignorar la manera en la que su pecho se llena solo de verlo.

"Pasa, anda." Acaba diciendo, apartándose de la puerta para dejarle entrar. No puede evitar pensar en su primer encuentro, aquella primera cena en la que Chiara lo invitó a su casa. El momento en el que se despidieron en el umbral de esa misma puerta y Martin supo que Juanjo iba a suponer un problema.

El chico entra rápidamente, como si temiera que Martin pudiera cambiar de opinión. El vasco se dirige a su habitación, sin mediar palabra con Juanjo, esperando que éste lo siga. Se alegra de haber puesto un poco de orden en la habitación, en un intento desesperado por recuperar algo de control sobre su vida.

Martin se deja caer en su cama, con las sábanas enrolladas entre sí, mientras que Juanjo se sienta en la silla de su escritorio. Es curioso, han estado en esta misma posición un montón de veces, repasando temario y hablando de cualquier cosa. Sin embargo, la tensión es tan palpable que parece hasta una habitación diferente.

"No sé ni por dónde empezar." Dice Juanjo, haciendo que Martin alce la cabeza para mirarlo, al oír su voz.  "Creo que... Creo que los dos sabíamos que no íbamos a ningún lado con lo de ser amigos."

"Bueno, yo pensaba que era... Lo que tu querías." Añade Martin, intentando comprender hacia dónde va la conversación.

"Sí, es lo que quería." Juanjo se sorbe la nariz antes de continuar, todavía no ha roto a llorar, pero Martin puede ver la dificultad que le conlleva contenerse a ello. "Nunca, nunca me he sentido... A mi nunca me había gustado un chico, Martin."

Su estómago da un vuelco, la cadencia de la frase no se pierde para el vasco; a mí nunca me había gustado un chico, excepto tú. El nerviosismo se apodera de su cuerpo totalmente.