5- Todo es un quizás.

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Habían pasado ya un mes desde que medio equipo de fútbol americano nos pillara a Tyler y a mí en los vestuarios a punto de hacerlo. Un mes desde que escuche la voz de Jaiden sonando sobre una de mis canciones favoritas. Un mes difícil combatiendo la enfermedad de mi padre, un mes difícil entre gritos y un mes difícil con Tyler. Habíamos reñido en numerosas ocasiones, pero en todas aquellas acabábamos olvidando el motivo de la discusión.

Y es extraño lo rápido que pasa todo el tiempo en mi cabeza, ver los recuerdos alejándose e intentándolos no dejar escapar. Tan solo son dos meses los que me quedan para acabar el curso y siento que cada vez me alejo de la niñez y me introduzco todavía más en la vida adulta.

-Pasa un poco de patatas- dice Jaiden señalando la bolsa de patatas fritas que había traído consigo a la playa y que en cuanto he podido he adquirido. Le ignoro intencionadamente hasta que me pega un suave empujón haciendo que tambalee- ¡sé que me has escuchado!

-Perdona, no te había escuchado bien- miento a la vez que suelto una suave risa- ¿no crees que este año se ha pasado demasiado rápido?

-Sí, de he...-se mete un puñado de patatas a la boca y comienza a masticarlas- de hecho ha sido el mejor año sin duda.

-Comer con la boca abierta es de mala educación- le miró con desdén y el sonríe con todo restos de patatas pegados a sus dientes- eres asqueroso que lo sepas.

-Oh vamos, dame un beso- abre los brazos y se inclina hacia mí sin parar de sonreír.

-¡Qué asco que das Jaiden!- me rio empujando su pecho hacia detrás. Él no pone resistencia lo que hace más fácil que caiga hacia atrás en la arena. Se levanta y vuelve a cruzar sus piernas estableciendo la misma posición que yo.

-Y cuéntame... - carraspea y le miro con curiosidad- ¿qué te gustaría hacer este verano?

-No lo sé, ahora mismo estoy sobre un alambre mirando al vacio, ya sabes, te lo habrá contado tu madre- el asiente haciendo una mueca, se levanta de un salto y me tiende una mano que por un segundo dudo si cogerla. Me levanto y de repente sin esperarlo Jaiden me envuelve entre sus brazos, me estrecha hacia él y yo le rodeo la cintura apoyando mi cabeza en su pecho.

-Sabes que puedes contar conmigo- me susurra apartándome el pelo de la cara- siempre has sido una persona importante en mi vida a pesar de que nos distanciemos en ocasiones.

-Gracias- le abrazo con fuerza e intento absorber ese olor característico de él, esa confianza y esa ternura.

Antes solíamos abrazarnos más a menudo, recuerdo cada uno de nuestros abrazos y esas palabras que nos dedicábamos mientras los disfrutábamos. ''Te echaré de menos Zoe Allen'' me dijo antes de irse de vacaciones a la otra punta del país, ese fue nuestro último abrazo y el más diferente a los demás, ni siquiera noté que me abrazara, fue extraño, como si tratara de echarme de su lado.

-¿Qué piensas hacer tú en verano?- le preguntando apartándome un poco de él y quitando la tensión tras el abrazo.

-No sé, quizá me vaya a casa de mis abuelos, sinceramente, no tengo ni idea. Me gustaría invitar a Kendall a que viera todo aquello, los amaneceres son preciosos ¿sabes? Recuerdo que cuando era pequeño me despertaba muy temprano, cogía una toalla e iba a la zona rocosa de la playa a ver los amaneceres. Siempre me marchaba corriendo cuando los cangrejos comenzaban a pellizcarme en el culo- su risa se me contagia y rio ante la imagen de Jaiden corriendo por un ataque de cangrejos- ¡me dejaban el maldito culo rojo!

-Las personas inteligentes no irían a un sitio donde hay abundantes cangrejos- rio dando dos toques a mi cabeza insinuando un obvio.

-Esos pellizcos se compensaban con el amanecer. Deberías verlos- asiento.

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2015 ⏰

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