2- Los posibles imposibles.

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Llevaba dos malditas horas estudiando literatura y a pesar de mi amor por ella no conseguía centrarme, en cuanto acababa un punto comenzaba a pensar en Jaiden sentado junto a mí en la playa, hacía tiempo que no estábamos los dos a solas compartiendo una conversación animada, como él había dicho nos habíamos distanciado, a manera de Jaiden yo sabía el por qué de nuestro distanciamiento.

Pensé en cómo se sentiría Kendall al ver a Jaiden conmigo hablando de la misma manera que hablábamos antes, pensé en cómo le sentiría si nos oyese compartiendo las bromas que solíamos hacernos entre nosotros, y la verdad es que poniéndome en su lugar no me causaría gracia alguna, así que decidí separarme de él para que ella no se sintiera incomoda al igual que yo necesitaba deshacerme de mis sentimientos hacia él. Ellos necesitaban espacio y yo se lo dí, hasta tal punto de sentirme vacía con su ausencia.

Desde pequeños siempre habíamos sido los dos, los dos que acampaban en los jardines de sus casas juntos pasando la noche en vela contando historias ridículas de vampiros en las que creían, los dos que imitaban a sus personajes de dibujos favoritos, los dos que se apoyaban como si no hubiera un mañana, los dos que sabían los secretos más profundos del otro. Siempre los dos. Y nunca le culparé de no haberse enamorado de mí como yo lo hecho, nunca le culparé de haber sido otra su primer amor en vez de yo, nunca le culparé de algo que él no tiene la culpa, al igual que con Kendall, no le puedo culpar de algo así. Nosotros no elegimos la persona a que amamos, simplemente sucede.

-¡Zoe! ¡Están llamando a la puerta!- oí la voz de mi madre gritando. Entonces caí en el sonido del timbre que antes había ignorado tras la inmersión en mis pensamientos.

Me levanto enérgicamente de la silla y comienzo a correr escaleras abajo hasta llegar la puerta. Giro la manivela y veo a un Tyler sonriente y con un brillo especial en sus ojos azules.

-¿Vamos?- me pregunta después de besarme la mejilla suavemente.

-Ni siquiera me ha dado tiempo a maquillarme- me paso la mano por el pelo y veo como se bufa de mi actitud- ¿qué pasa?

-Vamos Zoe, no necesitas maquillaje, las chicas atractivas sois igual de atractivas con que sin maquillaje. Ya sabes, no es cuestión de hacerse, es cuestión de nacer- dice con un tono sarcástico, guiñándome un ojo y pasándose la mano por el pelo imitando mi gesto anterior- el ejemplo más claro lo tienes ante tus ojos.

-Cierto, eres una clara demostración de cómo hay personas que ni nacen atractivas ni tras preparación alguna consiguen serlo- los dos reímos y me rodea la cintura atrayéndome más a él. Su aliento choca contra mi cuello y comienzo a acercarme cada vez más a su cara, veo como comienza a cerrar sus ojos intuyendo nuestro beso, pero me aparto de golpe, me deshago de sus brazos rodeándome y comienzo a correr en dirección a su moto.

-¡Has hecho trampa!- me grita corriendo detrás de mí. Apenas unos metros corridos noto unos brazos en mi cadera y me eleva del suelo colocándome sobre sus hombros-  ¿cómo has podido rechazar un beso de un chico como yo?

-¡Tyler suéltame!- grito seriamente- sabes que estás situaciones tan empalagosas en las que el chico coge a la chica sobre sus hombros y ella comienza a patalear mientras grita que la suelte no son de mi tipo.

-¿Y esas situaciones cómo acaban?- pregunta alzando una ceja mientras me reposa sobre el asiento de su moto.

-Suelen acabar con un...- pero sus labios cortan la palabra ''beso'' dejando claro el motivo de su pregunta. Me acaricia la mejilla con su mano mientras continuamos besándonos.

-¿Cómo te sientes al haber protagonizado un momento empalagoso, cliché, adolescente...?- murmura contra mis labios. Si de verdad tuviera que responderle le diría que situaciones así me desagradan, muchas adolecentes darían lo que fuera por conseguir un momento así en sus vidas con un chico cómo Tyler, pero si tu cabeza solo es capaz de imaginárselo con otra persona, no consigues hacer que te resulte algo bonito.

Zoe AllenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora