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"¡Papá no te vayas!" La voz de la pequeña niña se hizo presente un grito a todo pulmón, mientras se aferraba con fuerza a la pierna de su padre, Haruto Blackbell, que estaba a punto de salir de la casa.
Haruto se estremeció y sorprendió ante la actitud de la pequeña ya que según las palabras de Kisami, ella le tenia miedo y lo odiaba, miro a la pequeña con una sonrisa, "No te preocupes no es como si me vaya a morir o si" dijo desinteresado aun con su sonrisa, miro a la niña quien tenia una expresión aterrada, "¡Es broma no me creas!, ya volveré" hablo moviendo las manos nerviosa mente, lo que causo que una sonrisa se formara en el rostro de la pequeña.
"Am a donde voy tengo que pasar por la casa de esos amigos tuyos ¿Cómo se llaman?, los sanos o como sea, ¿quieres que te lleve, para que no estés sola?" hablo con su tipo tono de voz frio y desinteresado, pero Misaki sabia que solo lo hacia para parecer alguien duro, que muy en el fondo la quería, "¡si!" grito con una gran emoción, quería jugar con Mikey, Baji y talvez Haruchiyo.
"¿Estas emocionada?" pregunto Haruto, mientras sostenía la mano de su hija.
Misaki sonrió con los ojos cerrados y asintió con cabeza en respuesta, mientras desviaba la mirada hacia la ventana nuevamente, encordonándose con unos ojos azules, sin brillo ligeramente caídos, y un cabello blanco.
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"¡Hola, chicos!" la voz de un niño interrumpió repentinamente, causando que la pequeña Blackbell y los hermanos Akashi se estremecieran y dieran vuelta en la dirección de la voz, solo para ver a Manjiro y Keisuke esperándolos en la puerta. "¡Dense prisa, chicos! ¡Mikey dijo que tenia algo maravilloso que mostrarnos!" Keisuke grito con una gran sonrisa en su rostro, mostrando sus lindos colmillos.
Los Akashi menores no perdieron el tiempo dirigiéndose rápidamente hacia la entrada emocionados, Haruchiyo miro atrás encontrándose con una hermosa escena de un padre y su hija, preguntándose que se sentirá tener un padre.
