Capítulo 9: ¿Exterminar?

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¡¡TU LO ARRUINASTE TODO!!


El grito de aquella Diosa resonó en toda la sala, antes de que ella voltease su vista directamente al español. Estaba enojada, pero, sobre todo, dolida, amaba su vida antes de que él viniese de la nada, y lo arruinara todo "mejorándolo" de una manera tan retorcida que ni siquiera reconocía a los suyos.

¡Si no fuese por ti! ¡¡NADA DE ESTO HUBIESE OCURRIDO!!

¡E- ESO NO ES VERDAD! Ustedes eran tan crueles con su propia gente ¡Y hacían sacrificios!

¡No eran sacrificios maldito imbécil! — gritó con furia aquel Dios mexicano, acercándose a su hermana menor — ¡Tu ni siquiera sabías nuestro idioma! ¡Intentamos cientos de veces explicarte! ¡Que esos sujetos habían causado los peores pecados de la humanidad! ¡¿Y qué hiciste?!

Yo-... ¡Yo no-...!

¡¿QUÉ HICISTE TU?!... Culpar a nuestra gente por... "Salvaje" ¿No?

El dolor en su voz era evidente, todos los Dioses que cayeron a manos del español, estaban dolidos, más que enojados, dolidos por la pérdida de su pueblo, por verlos convertirse en lo que son actualmente, almas sin corazón, que solo mataban sin razón.

... Yo me disculpé... Con todos ustedes, dije que lo sentía... — se arrodilló ante ellos pidiendo clemencia, ya ni siquiera sabía que podría hacer para mejorar — ¿Qué tengo que hacer para que puedan perdonarme...? ¡He mejorado! ¡Lo juro!

Ja... Esto no funcionará, lo vea por donde lo vea... — se cruzó de brazos aquel Dios Inca ¿Perdonarlo? No, eso no sería posible, de ninguna manera lo haría, si o si, seguiría con su plan — Tu alma si o si será condenada... — al desviar su mirada, notó como su pequeña nieta, la boliviana, la única a la cual le explicó solo una parte de su plan, lo veía con tristeza.

... Creo que tiene razón...
Un alma puede mejorar
Creo que el vio la luz...
Hace lo que dices tu~... Para
Escapar del fuego infernal
¡No le demos la espalda sin mirar!

Intentó defender a su padre ante aquello, recordaba bien como él se arrepentía de todo, le imploraba sus disculpas de rodillas, y no solo a ella, sino también a sus hermanos, hasta su hermana peruana lo había perdonado sobre ello.

Hay algo que tú no lo ves...
No es algo que debes saber~...

Intentó consolar a su pequeña, era su nieta, una de las menores en Latinoamérica junto al ecuatoriano, que también estaba de su lado, pero a él, a diferencia de la pequeña, si le había explicado todo.

¡Esto no se puede defender!
¡Es solo una ramera insalvable!

Gritó la chilena contrarrestando a su hermano inca, si o si, su hermanita tenía que entender.

¡Nada que hacer!
¡Solo sabe coger!
¡Este inútil solo es culpable~!


¡¡Asqueroso profano!!
¡¡Es caso cerrado!!
Olvidas tu ¡¡Que el infierno es eterno!!


Gritaron juntos tanto el mexicano y la chilena, señalando de manera constante al español, que, para ellos, solo llegó, cogió con sus hijos, los mató y se fue, llevando a sus nietos con él, tratándolos como esclavos, envés de tener clemencia por unos niños.

Ojos de Oro - RusperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora