Un Amor Infernal [Alastor X Lucifer]

EMOCIONES INFERNALES

En las entrañas del Hazbin Hotel, donde las sombras se retorcían con el peso de los lamentos eternos, en una habitación oscura, Alastor y Lucifer se encontraron. Después de que Charlie terminó de presentar a su padre con sus amigos y novia, la habitación impregnada de una energía oscura y algo tensa se convirtió en el escenario de una pelea intensa.

En los ojos de Alastor se mostraba una mirada perversa mientras esperaba a que Lucifer terminara de gritarle.

Alastor: (con voz seductora) Lucifer, mi apreciado monarca del Infierno, por favor, cálmate.

Mientras acariciaba sutilmente su mejilla, Lucifer se tensó un momento pero se permitió relajarse ante su toque.

Lucifer: (con una mirada enojada) Alastor, pedazo de mierda, ¿te das cuenta de que nos estás poniendo en peligro jugando al administrador?

Alastor: Cálmate, Luci, te preocupas de más. Nadie va a descubrir tu secreto, pedazo de mierda. A diferencia de ti, yo no soy un egoísta de mierda.

Lucifer: ¿Qué carajo? Te recuerdo que tú me abandonaste, no quisiste luchar. (Lucifer miró a Alastor con dolor por un momento pero supo disimular).

Alastor: Lucifer, sabes que sí quise luchar, pero era complicado. En ese momento tenía muchos enemigos. Soy el demonio de la radio. Además, tú estabas con la puta de Lilit. (Alastor sonrió macabramente con la mención de lo último mientras gritaba) Mierda, Lucifer, no me dijiste que tenías una hija. Nuestra hija.

Lucifer, más enojado que nunca, golpeó a Alastor mientras le gritaba que no, que ella no era su hija, que era solo de él. Con cada golpe y grito, su vista se nublaba, pues lloraba con cada palabra la ira y el enojo de años. "¡Ella es mía, Alastor! ¡Es mi bebé, pedazo de mierda!" Alastor, sonriendo, agarró la mano de Lucifer deteniéndolo y agarró su cara. "Mira, Luci, sé que me equivoqué. Los dos lo hicimos, pero yo aún así los extrañé. No puedo irme, Luci, pero sí te puedo prometer que cuidaré a mi hija." En eso, Alastor se acercó a Lucifer y le dio un beso antes de desaparecer de la habitación.

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Después de que Alastor desapareció en la penumbra de la habitación del Hazbin Hotel, Lucifer se encuentra solo con su dolor. La botella de whisky se abre con un susurro y se llena el vaso, pero no hay consuelo en el ambarino líquido que ahora busca refugio en su interior. Su mirada se clava en el lugar que Alastor ocupó hace apenas unos instantes, la habitación resonando con el eco de sus palabras y la revelación de la paternidad de Charlie.

Lucifer (susurra con amargura): ¿Por qué ahora, Alastor? ¿Por qué después de todo este tiempo?

Se deja caer en la cama, la mirada perdida en el vacío que antes estaba lleno con la presencia de Alastor. Los recuerdos de caricias seductoras y promesas de amor se entrelazan con la oscura energía que impregna el aire. La botella, ahora su única compañera, se convierte en un testigo silencioso de su desesperación.

Lucifer (murmura con dolor): Charlie... mi hija. ¿Cómo pudo él...?

La habitación se carga con la mezcla de emociones, y Lucifer se sumerge en el eco de las noches compartidas, las promesas rotas y la traición que desgarró su corazón. Sus dedos aprietan la botella, como si intentaran aferrarse a algo tangible en medio de la tormenta emocional.

Lucifer (con voz entrecortada): Alastor, ¿realmente pensabas que podía olvidarte tan fácilmente?

Las lágrimas amenazan con brotar, pero Lucifer las reprime, prefiriendo concentrarse en la botella que sostiene en manos temblorosas. La habitación se transforma en un santuario de suspiros y sollozos ahogados mientras Lucifer se sumerge en los recuerdos de cómo trabajó arduamente para ocultar su embarazo, temiendo la pérdida de Alastor.

Lucifer (con un dolor profundo): Lilit... ella se llevó a Charlie, alegando que no podía cuidarla. ¿Cómo pudistes abandonarme maldito si no me hubieras dejdo charli nunca se hubiera ido de mi lado?

El peso del pasado se cierne sobre él, y en la oscura intimidad de la habitación, Lucifer se revela a sí mismo. Desabrocha la manga de su brazo, revelando marcas recientes de cortes, un testimonio silencioso de la agonía que ha soportado desde que Charlie fue arrebatada de sus brazos y Alastor lo abandono.

Lucifer (con voz quebrada): Alastor, no solo me abandonastes, también me arrebataste  mi corazon.

La botella se convierte en un refugio más profundo mientras Lucifer se hace nuevos cortes un poco profundos,se  sumerge aún más en su propia desesperación, buscando respuestas en la oscura espiral de su existencia

CONTINUARA HIJOS DE SU PUTA MADRE........