UN INFIERNO PERSONAL

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Alastor, ese puto diablo que se cree el rey del inframundo, seguía con su elegancia retorcida y astucia de mierda. Su figura y sonrisa malévola eran conocidas y respetadas, aunque se hubiera esfumado por un buen tiempo. Pero, detrás de esa fachada de confianza, había conflictos que atormentaban su oscuro ser.

El amor, una debilidad que él, en su extraña grandeza, no se permitía. Amar a Lucifer, el jefe del infierno, era un juego peligroso, pero en el infierno, ¿a quién le importan las reglas? Aunque la relación desafiaba la lógica y la moralidad, estaban en el jodido infierno. Y Lucifer, con su atractivo demoníaco, no era algo que Alastor despreciara. Había algo malditamente atractivo en él que lo volvia loco.

Pero las cosas se complicaron. Resulta que Lucifer hizo un excelente trabajo ocultando el embarazo de su hija, Charlie, y permitiendo que Lilit compartiera tiempo con ella. A Alastor no le gustaba esa mierda. Entendía la historia pasada de Lucifer con Lilit, pero entregar al bebé y hacerlo pasar como suyo era una traición que Alastor no perdonaría fácilmente. Aunque la esencia de Charlie era completamente diferente de la de esa mujer, lo cual era un alivio para el.

Charlie, la pequeña creación de Lucifer y Alastor, emanaba bondad y cariño, una similitud sorprendente con Lucifer, a pesar de ser de la realeza demoníaca. Pero también poseía ese encanto peculiar de Alastor, algo que lo intrigaba y, de alguna manera, le daba una sensación de satisfacción retorcida. Su pequeña era perfecta.

Mientras reflexionaba sobre sus complicadas relaciones, Alastor pensaba en cómo carajos revelarle a Charlie su verdadera paternidad. "Charlie, cariño, soy tu maldito padre. Naciste de la relación entre Lucifer y yo. , ¿qué te parece si nos relajamos y disfrutamos de unos tquitos de ciervo con salsa picante?"diablos no estaba tan loco.

Aunque no podía evitar sentir un deseo ardiente de venganza. Hacía siete malditos años, Alastor descubrió la existencia de Charlie, y desde entonces, su odio hacia Lilit creció como una llama infernal.

Alastor, ese desgraciado que se cree el rey del inframundo, no podía creer aun la traición que se había cocido a sus espaldas. Su pequeña, Charlie, debía haber crecido con él y lucifer , pero demonios, también tenía culpa en esta mierda y eso apestaba. La zorra de Lilit le dijo que no se acercara a Luci mejor dicho lo amenazo ese maldito contrato lo tenia atado.

Esa bruja manipuladora, ¿cómo se atrevía a interferir en la crianza de su propia hija? Y en su ex relacion ,Pero Alastor sabia que no se quedaba atrás, tenía que admitir que también cargaba con parte de la responsabilidad. ¿Cómo no se le ocurrió acercarse a Lucifer y arreglar esta maldita situación antes? Se estaba volviendo su propio infierno personal.

Ahora, la tarea era clara. Tenía que acercarse a Luci, resolver la maldita situación y asegurarse de que su pequeña creciera como se merecía.

"Ya me harté", gruñó Alastor para sí mismo. La ira burbujeaba dentro de él, alimentada por la injusticia que había experimentado. Aunque el amor florecía en su oscuro corazón, no permitiría que eso lo detuviera en su búsqueda de retribución.

En su incansable búsqueda de venganza, Alastor se encontró con Husk, un demonio conocido por su cinismo y pragmatismo. Saludó a Husk con su característica sonrisa macabra, manteniendo en secreto sus planes y la conexión que compartía con Lucifer. Husk, sin saber la verdad, inició una maldita conversación que eventualmente se inclinó hacia el ángel rebelde, Ángel Dust.

La idea de utilizar a Ángel Dust como una pieza en su siniestro juego brilló en la retorcida mente de Alastor. Imaginó las putas posibilidades y cómo podría aprovechar la situación para su beneficio. Husk, sin embargo, no compartía su entusiasmo. Se opuso firmemente a la idea de utilizar al maldito ángel de esa manera.

"Bueno, bueno, si no te gusta, Husky, puedes quedarte fuera de mi camino", espetó Alastor con una risa macabra. "Pero yo, querido amigo, no me detendré ante nada para conseguir lo que quiero".

Con elegancia, Alastor amenazó a Husk, insinuando las putas consecuencias de oponerse a sus planes. La mirada de Alastor reflejaba una peligrosa mezcla de autoridad y malicia. Husk, sintiendo la presión, se retiró con seriedad, dejando a Alastor con su risa macabra resonando en el maldito aire.

Mientras Alastor disfrutaba de su pequeña victoria, Charlie se acercó a él. La dulce y cariñosa Charlie, con un brillo de curiosidad en sus ojos. Le pidió a Alastor que la acompañara a buscar a Lucifer, ya que necesitaba discutir algo importante sobre el hotel mientras su novia Vaggie los miraba de lejos.

Alastor, encantado de pasar tiempo con su querida hija, aceptó de inmediato. A medida que caminaban juntos por los oscuros pasillos del infierno, Alastor pensaba en la maldita ironía de la situación. Él, el temible demonio de la radio, disfrutando de la perra compañía de su hija en medio de su maquinación de venganza. Jajaja que gracioso seria.

La conversación entre padre e hija se volvió más íntima mientras compartían sus putas reflexiones sobre el amor, la lealtad y la complicada red de relaciones en el inframundo. Alastor, aunque impulsado por su deseo de venganza, encontró un respiro en la compañía de Charlie, quien irradiaba la bondad que él mismo había perdido hace mucho tiempo.

Charlie: "siempre he sentido que hay algo más en mi familia alastor . ¿Hay algo que nesesito decirle ami padre y no se como decirle?"

Alastor, con una sonrisa retorcida: "Oh, mi pequeña Charlie, algunas verdades son más oscuras de lo que puedes imaginar. Pero eso es algo que descubrirás por ti misma no te preocupes mucho tan solo relajate creeme tu papa te ama.

CONTINUARA PEQUEÑOS SADICOS....

Un Amor Infernal [Alastor X Lucifer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora