3. Zee

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–¿C...C...Cuál es tu n...nombre?

Silencio.

—¿Qu... qu... qué es este lu... lugar?

Silencio.

—Zee... ¡ZEE!

—Por... por... por favor... ¿C... cuál es tu n....nombre?

—Soy Pecado. Todos somos pecado...

Salí de mi aturdimiento. Alguien estaba sacudiendo mi hombro. Miré hacia arriba. Janis. Ella jaló un taburete a mi lado mientras volvía a enfocarme en el líquido ámbar, casi vacío, en mi vaso. Mierda. ¿Cuántas había tenido?

—¿Qué está pasando con ese chico?

No me molesté en darle una respuesta.

—¿Estás bien? —preguntó en voz baja, con la mano en mi hombro. La perra era un jodido y total amor. No deberíamos haber manejado este acuerdo de mierda en la vida.

Tomando lo último de mi quinto Beam, me puse de pie y comencé a caminar fuera del bar a mi habitación en el club. A medio camino de la salida, miré por encima del hombro, viendo a Janis observándome irme, con jodidos ojos brillantes. Con una inclinación de mi barbilla hacia ella, comencé a caminar de nuevo.

Mientras abrí la puerta de mi habitación, la sentí detrás de mí. Girando, la tomé de la parte superior de sus brazos, arrancando su vestido.

—Zee... —gimió ella sin aliento—. Te amo, Zee. Estoy aquí por ti, nene...

Mientras arrancó los tirantes de su sujetador negro, sus labios succionan mi cuello. Arrojando mi chaleco, me quité mi camisa negra y abrí de golpe la cremallera de mis vaqueros. Sin bóxeres que sacar debajo.

Girando la cara de Janis a la pared, nos guie a la cama deshecha, la cama que guardo para joder, manchada con semen y sudor. Empujando su cuello, directo contra el colchón, mantengo su culo completamente al aire, sin bragas, coño rasurado, justo como me gustaba. Fácil acceso.

Metiendo la mano en el bolsillo trasero de mis vaqueros, escogí un condón Trojan y lo envolví en mi pene.

—Tómame, Zee. Tómame... duro.

Agarrando sus caderas huesudas, me estrello en su coño mojado, tirando mi cabeza hacia atrás en un silbido silencioso. Mierda. Esta fue la razón por la que la mantuve alrededor solo para mi uso personal.

Janis gemía debajo de mí y empezó a mecerse hacia atrás a lo largo de mi pene. Yo sabía que estaba jodido el momento en que me imaginé la piel bronceada de Janis en color pálido, su cabello castaño largo hasta los hombros corto por encima del cuello y de un profundo color negro azabache, y cuando volvió la cabeza y sus ojos marrones me miraron, yo solo vi un par de iris color negro brillante mirando de regreso, los parpados medio cerrados por el placer.

Apretando mis ojos cerrados, me imaginé al chico desconocido debajo de mí, recibiendo una ataque salvaje, gritando de placer y viniéndose una y otra vez mientras lo tomo en carne viva. La idea tenía a mi pene crispándose y a mi cuello tensándose, viniéndome con tanta fuerza que tuve que usar mis puños para mantener el equilibrio sobre el colchón.

—Nene.... eso fue... increíble. —Mis ojos se abrieron mientras Janis jadeaba debajo de mí, con la espalda chorreando de sudor, una enorme
sonrisa en sus labios mientras me miraba.

Mierda.

Retrocediendo, me deshice del condón y subí la cremallera de mis jeans, en ese momento un golpe duro sonaba en mi puerta. Poniéndome mi
camisa de Black Sabbath, me pasé la mano por el cabello, comprobando para asegurarme que Janis estaba vestida también. Lo estaba. Ella sabía que no era bienvenida a quedarse alrededor.

▪︎𝐇𝐀𝐃𝐄𝐒 ▪︎[𝑍𝑒𝑒𝑁𝑢𝑛𝑒𝑤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora