8. Zee

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Tomé mi primera guitarra a los seis años, mi viejo me decía que lo único que necesitaría en la vida era mi Harley, el amor de un buen culo, y mi Fender. Era el código que he vivido toda mi vida. Tenía a mi Harley, a mis hermanos, dinero y a mi guitarra, pero no tenía ese amor, y Janis nunca lo iba a ser. Veintiséis, jodí con un montón de zorras, sin chances de un amor así, pero un constante par de ojos de lobo me cazaban en mis sueños desde los once.

Hablar siempre se me hacía difícil, pero cantar y tocar... era jodidamente natural como respirar y no tenía problemas para que las palabras salieran. Nunca me había sentido más cómodo que cuando tenía mi guitarra en mano y la letra salía como viento de mi garganta.

Toqué en las cuerdas de mi Fender acústica, enojándome cada vez más con mi situación. Cambiando continuamente de canción, necesitando el consuelo de oscuras y dolorosas melodías, tomé una calada de mi cigarrillo, dejándolo caer en el cenicero, con los pies apoyados en la mesa, cuando una vieja canción salió de mis labios.

"Bueno, espero no enamorarme de ti,
Porque enamorarse simplemente me pone triste"

Canté con los ojos cerrados, dejando un rato el mundo fuera, mis dedos bailando sobre las cuerdas. Saqué la mierda, sólo para ver al pequeño chico sonreírme tímidamente en mi mente. Sintiendo un calor en el pecho por
la imagen, abrí los ojos y, mierda... Él estaba ahí en el sofá, a mi derecha, con las rodillas dobladas, los brazos envueltos a su alrededor, con su cabeza apoyada en la parte superior y con sus ojos de lobo mirándome fijamente...como si hubiera hechizado su vida.

Instantáneamente dejé de tocar, mis manos se congelaron en las cuerdas, incapaz de apartar la mirada de él. Se quedó mirándome, con un ligero rubor en sus mejillas pálidas.

Moviéndome hacia delante y levantando mi Fender, me di la vuelta para dejarla. Pero cuando estaba a medio camino de poner la guitarra en su soporte a mi derecha, el sonido de su respiración profunda me hizo mirarlo. Lentamente abrió esos llenos labios rosados, la punta de su lengua húmeda se asomó, y susurró:

—Una vez más.

Juro que mi corazón dejó de latir.

Él estaba hablando.

Me incliné hacia adelante, hice un movimiento con mi barbilla, instándolo a repetirlo.

Un rubor se deslizó por toda la longitud de su rostro y tragó, moviéndose ligeramente, sus largas pestañas negras revoloteaban como jodidas alas de mariposa.

—Una vez más... por favor, toca de nuevo. Disfruté mucho oír tu voz.

¿Qué demonios era ese acento?

Esa nariz de él se arrugó y sabía lo que venía. ¡Mierda! Y ahí estaba, el pequeño tic que traicionaba sus nervios. No podía apartar la mirada. Cristo, nunca saqué los ojos de él, sosteniendo su mirada mientras tomaba mi guitarra, me senté, respiré profundamente, pensando en las palabras donde lo dejé.

"...Y espero no enamorarme de ti
Puedo ver que estás solitaria como yo y se está haciendo tarde, te gustaría un poco de compañía..."

Las lágrimas brillaban en sus ojos mientras yo cantaba cada línea, y tenía un rastro de una sonrisa de satisfacción sus labios. Mierda. Por ver esa mirada en su cara o escucharlo hablar de nuevo, cantaría "Over the Rainbow" en soprano, si él quisiera.

Aclaré mi garganta, canté la última parte de la canción.

"...Y creo que acabo de enamorarme de ti."

Dejé que la última nota colgara en el aire, nuestra respiración era el único otro sonido, la cuerda vibró hasta que se quedó en silencio.

Lo miré fijamente.

▪︎𝐇𝐀𝐃𝐄𝐒 ▪︎[𝑍𝑒𝑒𝑁𝑢𝑛𝑒𝑤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora