II

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                           18:30 PM.
Nos encontrábamos en la Sala Común de Gryffindor, yo estaba sentado jugando con mi varita, sin nada que hacer, solo mirando a la nada, solo escuchaba los cuchicheos y las risas de aquel grupo de amigos (era insoportable) solo suspiré y me centré en mi cosas, sin importar lo que hablaran de mi los demás. Todo iba bien hasta que note un empujón, mi cara hizo un gesto molesto, de odio. Me giré a ver de quien se trataba ese estupido y asqueroso empujón, y al ver quien era, rodé los ojos e hice como si no existiera, pero eso no fue lo que yo quería, no, esa persona me empezó hablar como si nos conociéramos de toda la vida.
— A-ammm, perdón, es que... Mis amigos y yo estábamos...
— Ajá, ¿y? —. Le miré sin importarme una mierda su argumentación.
Como decía idiotas, se suponen que se acercan a mi edad, pero ya veo que mentalmente tienen -10 años. Negué con la cabeza y volví a mirar a la nada hundiéndome en mis pensamientos y jugando con mi varita.
El grupo me miraron, yo por mi parte ni caso le hice. Una chica pelirroja se acercó a mi y se puso delante mía como para llamar mi atención, sólo subí mi mirada hacia ella y la miré sin ganas de enfrentarme con nadie, ya lo hago todos los días con mi "Padre". Esta se aclaró la voz, y me miró haciendo una mueca de enfado, bueno más bien molesta. Pero lo que sí que me molestó de verdad fue escucha su voz... Era como escuchar un pito sin que se acabara, solo me acomode en el sillón color rojo rubí y escuchar la charla.
— ¿Por qué tratas así a uno de mis amigos? —. Interrogó la pelirroja posando su manos en su cintura como si fuera una señora mayor.
— Mira... Pelirroja, no me conoces y seguro que con lo que me conoces que es casi nada no te sirve para juzgar, así que te recomiendo que no te metas en otros asuntos que no son tuyos, ademas ese "amigo" tuyo me empujo por que seguro que uno de ustedes. —. Señalé con mi mirada a ese gran grupos de chicos y chicas. —. Así que no me vengas con esa cara de que no hiciste nada, ¿vale? —. Me levanté tomando mi varita y guardándomela, me acerqué a la chica y le empujé con mi hombro.
Me dirigí a mi habitación y al ver el baúl que ocupaba la segunda cama de mi habitación solo rodeé los ojos y me senté en mi cama, maldiciendo en voz baja.
— No me lo puedo creer... ¿Por qué él? —. Dije en un pequeño susurro.
Al rato escuché como aporreaban a la puerta, levanté mi mirada y me dirigí hacia la puerta, para luego abrirla y encontrarme la cara de ese...
Solo quería pensar que fuese temporal y que se cámbiese de habitación. Cuando lo vi entrar tan confiado solo puede hacer un suspiro y escribir en mi pequeño cuaderno.
Algo que en breve os contaré.... Pero antes de eso viajaremos al pasado.

There is no family for loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora