Déjame dormir (en tus brazos)

Capitulo 12

Texto del capítulo
Como era de esperar, la noche fue un asco .

Dean perdió la cuenta de la frecuencia con la que se despertaba sobresaltado por terribles pesadillas, con el pulso acelerado y el sudor frío adherido a su piel. En cualquier otro momento, probablemente habría renunciado a dormir rápidamente y habría ahogado los oscuros recuerdos en una botella de whisky. Está bastante seguro de que si no hubiera sido por los brazos de Cas abrazándolo con fuerza, habría estado fuera de la cama hace horas.

Pero Cas siempre está ahí cuando Dean se despierta con un escalofrío, acercándolo más y murmurando palabras dulces y pesadas. Y cada vez que hace eso, logra calmar el corazón palpitante de Dean y arrastrarlo nuevamente a otro sueño inquieto.

Entonces, por supuesto, es un poco inquietante cuando Dean se despierta y la cama está vacía.

Su cabeza protesta con un dolor agudo cuando Dean se sienta y hace una mueca, mirando alrededor de la habitación un poco desorientado. No tiene idea de qué hora es y cuando toma su teléfono, está muerto. Pero a lo lejos Dean puede distinguir voces tranquilas, solo un murmullo y ruidos de movimiento que le indican que la noche ha terminado y el búnker poco a poco está volviendo a la vida.

Frotándose los ojos, Dean ve la botella de agua vacía que tiró esa noche y la camisa desechada sobre la silla. La almohada a su lado está deformada y cuando pasa los dedos sobre la sábana, todavía está caliente. Entonces Cas no puede estar despierto por mucho tiempo.

El dolor de cabeza sólo empeora cuando Dean se levanta de la cama y mira la botella vacía en el suelo como si fuera culpa suya. ¿Para qué tomó entonces los analgésicos?

No se molesta en ponerse pantalones deportivos sobre sus boxers, simplemente se envuelve en su bata y luego mira la puerta con cautela durante unos segundos. Es realmente tentador volver a meterse en la cama y esconderse allí por el resto del día. Se siente lo suficientemente mal como para tener una excusa.

Pero Cas no está allí y eso toca de manera equivocada un punto muy ansioso en el cerebro de Dean. Una parte de él se estremece cuando piensa en la última noche, en lo jodidamente necesitado y pegajoso que estaba y espera a que se asuste por eso. Pero en cambio, lo que hay es un agotamiento profundo hasta los huesos. Quizás el pánico llegue más tarde.

Otra respiración profunda, luego Dean gira el pomo de la puerta y sale al suelo, acercándose la bata a su alrededor. El frío del suelo instantáneamente sube por sus pies descalzos y por un segundo considera volver a buscar un par de calcetines, pero cuando se da vuelta, ve a Sam acercándose por el pasillo, sosteniendo dos tazas en equilibrio en sus manos.

Dean chasquea la lengua cuando su hermano se acerca.

"Te ves como una mierda", dice sin rodeos y Sam suelta una pequeña risa.

"¿Te has mirado en el espejo?"

"No, normalmente trato de evitar eso". Sí, definitivamente no necesita ver su cara después de esa noche. Entonces, en lugar de eso, Dean señala las tazas en las manos de Sam: "¿Eileen es demasiado vaga para tomar su propio café?"