34.- Recuerdos (2)

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El pasillo estaba lleno de gente bajando por las escaleras, también había una madre caminando con su hijo.

La voz del niño era clara: "Mamá, quiero helado".

"Bueno... Mamá tiene dos yuanes sobrantes, justo lo suficiente para comprarte uno, pero cuando regreses, asegúrate de terminar tus tareas".

Los que vivían aquí eran gente pobre sin mucho dinero. La madre e hijo que pasaron también llevaban ropa deslavada hasta que quedó blanca, pero sus caras estaban sonrientes.

Pasaron junto a otra madre e hijo que estaban en un silencio incómodo, y sus risas se alejaron poco a poco.

Yunchuan miró fijamente a su madre, con una expresión confusa en su rostro joven.

Había hecho algo malo, y ahora su madre lo odiaba.

La mano de Yunchuan resbaló y ya no apretó el dedo de Wenhan.

Miró cómo la puerta se cerraba frente a él, hasta que la figura de su madre fue completamente bloqueada por la puerta.

¿Su madre ya no lo quería? Se quedó parado en su lugar, sin moverse.

Los niños siempre son muy sensibles a los cambios de ánimo de las personas. Yunchuan ya había sentido gradualmente el disgusto de su madre hacia él. Esta ansiedad lo atormentaba, tenía miedo de ser abandonado por su madre, así que se volvía aún más apegado a ella.

Con piernas entumecidas, Yunchuan llegó al único dormitorio de su casa de alquiler. Se acurrucó en la cama, envolviéndose firmemente en la manta como si su madre estuviera allí para abrazarlo y dormir juntos.

Su madre lo llevaba consigo al salir, ¿ahora se había arrepentido y ya no lo quería?

Él tiró de la manta sobre su cabeza y sollozó suavemente adentro.

Wenhan corrió hacia la parada de autobús, pero solo vio al autobús alejarse de ella. Exhausta, se sentó en una silla y sacó su viejo teléfono para llamar al dueño del restaurante.

"¿Hola? Hermano, llegare un poco tarde... todavía no he terminado con las cosas aquí, lo siento, hermano... Sí, sí, gracias hermano".

Este lugar estaba bastante aislado y había pocos autos pasando por la carretera. Había una brecha de una o dos horas entre los dos autobuses.

Wenhan se recostó en la silla, con la cabeza llena de la imagen de Yunchuan golpeando al niño.

Wenhan tenía una apariencia suave y delicada, parecía una mujer del sur de China, delicada y frágil. Pero Yunchuan se parecía más a Fu Chengyun.

Una vez pensó que Fu Chengyun era una persona gentil, pero ahora se dio cuenta de que estaba completamente equivocada. 

Este hombre era un lobo disfrazado de oveja.

Al recordar esos momentos, Wenhan se encogió en un rincón, temblando de frío en el calor del verano. La memoria de Fu Chengyun golpeándola y la imagen de Yunchuan golpeando a alguien se alternaban constantemente en su mente, hasta que las dos caras similares se fusionaron en una sola.

Wenhan gritó de miedo, abrazando su cabeza, gimiendo de dolor.

El sonido del claxon de un auto en la calle la sacó de su aturdimiento. Wenhan miró el autobús que pasaba frente a ella y se apresuró a alcanzarlo.

Por suerte, el autobús esperó un momento. Jadeando, se cubrió la cabeza mareada. La dieta irregular le había causado hipoglucemia, y aunque ahora estaba despierta, su mente tenía que enfrentar la realidad. Yunchuan había causado un gran problema, y no sabía cuánto costaría arreglarlo. Esto hacía que su vida, que ya era difícil, fuera aún más difícil.

Se convirtió en la serpiente mascota del actorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora