Capítulo 5

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Sus ojos se abrieron con pesadez, el descontento de tener que iniciar sus labores; era ya más una marcada costumbre, el rechinido de la puerta del baño lo hizo recordar dónde y el por qué había amanecido en una habitación que no era la suya.

Hinata irrumpió el lugar con ese aroma a lavanda dulce, arrastraba una de las sábanas de la cama ante la falta de su ropa que estaba echa añicos en algún rincón del lugar.

-Perdón por- por des-pertarlo- No levantó la mirada ante el temor de escudriñar cada parte del cuerpo del macho dominante, y si a eso le sumaba la vergüenza de sus sonidos de la noche anterior y qué decir de la vergonzosa posición en la que el sujeto la tuvo anoche, el sonrojo aumentó al recordarlo.

-Deja de pensar en eso, no es una posición vergonzosa, existen algunas que en verdad lo son- Dijo Sasuke al escuchar los pensamientos de la peliazul, mientras se ponía de pie usando ya sus pantalones, estos terminaron en su cuerpo después de aquel acto determinante de placer.
Estiró su nuca haciéndola tronar con cada movimiento.

-Ese dolor es por estrés- Dejaría de pensar demasiado en algo que ni el mismo Uchiha le dio importancia., ganándose la atención del azabache que permaneció en silencio mirando el techo.

-Oye niña...Perdón- Uchiha Sasuke no se disculpa y no pedía perdón, pero pasar la noche en vela por el insomnio derivado de la culpa no iba a interrumpir su sueño una noche más, tenía que sacarlo de su sistema. Además creyo que esa niña ya había pasado por mucho en las últimas semanas.

-No lo haga- Dijo ella con un tono firme, mientras se acercaba a él y tomar asiento a su lado, claro sin invadir su Preciado espacio personal. Sasuke por su lado la miraba esperando una explicación.

-No lo lamente, si usted no lo hubiera echo ahora, todo el estrés se seguiría acumulando y he visto lo que pasa en nuestra especie cuando eso pasa- Hinata se re acomodó para poder sentarse mejor dejando a Sasuke viendo al frente y ella mirándolo a él.

-Hace tiempo mi padre, líder de una sola familia, viudo, padre soltero de hijos independientes, guerrero retirado pasó por lo mismo, perdió el control destruyendo objetos en casa, mi hermano sabía que tenía que hacerlo entrar en razón , por lo que trataba de detenerlo sin tener que herirlo, pero mi padre con sus garras atravesó el pecho de mi hermano, afortunadamente Yuka el lobo de mi padre extrajo la plata de las garras de mi padre justo antes de tocar la piel de mi hermano, de no hacerlo mi hermano hoy estaría muerto- Hinata platicaba su anécdota jugando sus propias manos.

-Eso que tiene que ver conmigo- Dijo Sasuke en tono neutro
-Si alguien con las pocas tareas y responsabilidades como mi padre pasó algo como eso, yo entiendo el por qué usted, con tantas responsabilidades pase por una crisis como esa, no se retenga dejando pasar las cosas que le molestan- Dijo con un ligero sonrojo en sus mejillas siendo observada por el azabache.

-No creo que nadie entienda lo que le sucedió, lo mal interpretarían y lo juzgarían mal, así que si algún día siente que se avecina esa furia en su interior, llámeme...sé que no puedo luchar contra usted en un intento de defenderme, pero le aseguro que trataré de hacerlo reaccionar y jamás, jamás lo juzgaré así como tampoco diré nada, usted es mi alfa y yo le serviré fielmente- Dijo lo ultimo en un susurro.

-Que ganarías tú con eso?- Preguntó después de escuchar a la Hyuga, sabía que lo que esa niña decía era una maldita molestia, pero en un momento ella se iría y dejaría de joderlo con cursilerias.

-Que- que si-siga-sigamos ha-ha-haciendo esto- El rostro de la Hyuga estaba completamente rojo debido a su vergüenza, no sabía de dónde había sacado el valor para poder decir aquello; pero su padre le había pedido que por lo menos su temporada de celó tenía que ser tomada por el alfa de su manada y no por cualquier lobo que seguro haría alarde de haber tomado en sus sucias manos a una descendiente de la luna.
Hinata sabía que el Alfa no aceptaría tenerla como una amante, pero no podía faltar a la promesa que le hizo a su padre, la familia Hyuga tenía honor y no faltaba a su palabra. De cualquier modo el azabache también la menospreciaría.

Luna roja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora