Royal 흰색 [Nicholas x Ej] Nichojoo

제 1 화

El galope de los caballos se escuchó en las calles del reino, llamando la atención de los pueblerinos. También las trompetas cuando los invitados finalmente ingresaron al palacio de Hwinsaek.

El duque de Qiujjin estaba allí. Para visitarlos, ya que, el hijo omega de la familia real finalmente había cumplido la edad necesaria para que el matrimonio entre ellos se consumara.

No es que Nicholas estuviese desesperado por la unión, pero ambas naciones requerían de que esta se realizara para evitar una guerra.

── Su excelencia ──le saludó el primer caballerizo, cuando se bajaron de los caballos.

El duque le proporcionó una reverencia.

── Los reyes lo están esperando en el salón real ──anunció, extendiendo su mano para guiarle.

Wang y sus guardias avanzaron.

꒷⏝꒷꒦

La reunión con los reyes fue bastante agradable, a pesar de que se trataba en su totalidad del acuerdo. El príncipe mayor, también se encontraba presente, y fue bastante claro con sus propósitos, Heeseung era un alfa, y antes que nada pidió seguridad para su hermanito menor.

Nicholas accedió. Su yo del pasado recordaba al omega como un adorable niñito; ahora habían pasado 15 años. Años en los que no lo había visto en lo absoluto. Sólo escuchaba los rumores acerca suyo y leía las noticias. Pero hasta el día de hoy, iba a conocer al príncipe omega por segunda vez en su vida.

Los reyes no dejaban que la prensa divulgara la imagen del menor, hasta que este cumpliese la mayoría de edad. Su apariencia juvenil se revelaría por primera vez el día que la boda se realizara.

── El príncipe debe haber terminado su lección de esgrima. Así que puede esperarlo aquí, mientras se cambia de atuendo ──

El duque asintió y se quedó parado allí. Admirando la belleza del lugar. Esa terraza estaba llena de naturaleza. El color verde vivo y algunos toques coloridos de las flores.

Era bastante pintoresco para tomar unas clases de esgrima, deporte que normalmente se practicaba en lugares monocromos.

Había un par de guardias por allí, al parecer velando la seguridad del menor. Eran betas, por lo que pudo discernir gracias a su olfato. Ninguno tenía olor.

Se quedó observando una de las flores y sonrió. Eran crisantemos. Las favoritas de su madre. Yixiang tuvo que admitir que las ganas de acaparar uno de los brotes fueron gigantescas.

Su mano viajo hacia los pétalos y acarició con delicadeza, sonriendo al tacto liso y suave.

Aunque no por mucho, porque un olor a cítricos le hizo arrugar la nariz, hasta que el dulce de la mandarina finalmente se acentuó. Y la punta de una espadilla picó en el costado de su cuello.

Se volteó con cautela y se encontró con un rostro bonito.

Cabello rojo ondulado, unos preciosos ojitos grandes, nariz respingada y labios sensuales, ligeramente curvados hacia arriba en las comisuras, rozando peligrosamente el gesto de una pequeña sonrisa. La tez besada con dorado.

Sus ojos bajaron más allá del cuello. Una camisa blanca de vuelos, apretada bajo un bonito corset color azul cielo con marcados bordes bañados en oro. Este estaba tan apretado que daba la ligera impresión de que el chico poseía pechos como un mujer. La cintura pequeña, abrazada por este, y un pantalón negro de vestir, abrazando sus caderas y muslos.