Capitulo V El derecho a ser soldados (La Prueba) Parte I

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n la capital de la nación de broken, Jaheris llegaba después de haber cumplido con la entrega encomendada por su padre. El joven se encontraba motivado por todo lo que había visto en la plaza central del norte de eternidad, igualmente sentía gran afinidad por el soldado Lithan Ridius, con el cual, en compañía de la doctora Estephony, pasaron un agradable momento.
Caminaba de manera despistada por los alrededores de la ciudad, cuando de pronto es avistado por el fiscal de la armada especial interna, Dogma Tirus. Al verlo lo recuerda y lo saluda con amabilidad.
— ¡Joven Jaheris! ¿Cómo has estado?
Jaheris parece volver de sus pensamientos y lo saluda con respeto.
—Señor fiscal, es un gusto volver a verlo.
Dogma llevaba un portafolio del reino de eternidad, que el joven noble nota rápidamente y con curiosidad pregunta:
— ¿Esos son los manuales para la prueba de nuevos reclutas de eternidad?
—Noto que usted está muy bien informado—dice el fiscal con una sonrisa.
—Es que yo estuve en esa reunión, donde participó el presidente y el rey de la Zona Sur de eternidad —responde con tranquilidad.
Dogma lo escucha y acomodando sus gafas comenta:
—Por un momento olvidé que eras un Síferi. Y efectivamente estás en todo lo correcto, en este momento me dirijo a la oficina del general Kraisor para afinar todos los detalles del evento.
— ¿Qué tipo de detalles señor fiscal?
Dogma avanzaba junto al joven por las calles de la capital, ambos se dirigían a la parada donde se solía tomar el transporte.
—Los eternos desean que postulemos para la primera prueba a cuarenta de nuestros más destacados jóvenes, de seguro tu hermano Sato, estará de primero en esa lista.
Jaheris, mirando a su alrededor despreocupadamente responde:
—No esperaba que fuera de otra forma.
El fiscal Dogma Tirus lo observa y agrega:
—Supongo que tú también serás uno de los que participará en la primera prueba, así que no pierdas el tiempo por los alrededores y ve a casa, dentro de unas horas les enviaremos sus manuales de estudio.
Y se despide de Jaheris de forma amistosa. Tomando el transporte que lo llevaría al lugar de su reunión con el general Kraisor. Jaheris lo ve marcharse y por primera vez en sus veinte años sentía un sentimiento de ilusión que lo albergaba, el hecho de que podría formar parte de algo importante, hacía que en sus entrañas sintiera un extraño hormigueo.
—"Esto que siento... debe ser lo que suele sentir mi hermano en muchas ocasiones" —pensaba el joven continuando su camino a casa.
Mientras tanto, en otra parte de Arquis, en un gimnasio popular de la capital, como era ya costumbre el joven Sato se encontraba haciendo su rutina diaria de ejercicios. El era un muchacho muy disciplinado y para muchos ciudadanos del pueblo de Broken era un ejemplo a seguir, su imponente físico también lo hacía popular entre las chicas, en especial para Rena la joven noble perteneciente a la familia Nodris, la cual desde muy niña ha estado enamorada del mayor de los Síferi.
Su familia era conocida como los nobles del alto prado, ya que solían vivir en las altas colinas del segundo distrito de Broken Belfast, era una de las familias más importantes de la nación.
Rena solía venir a la capital a ejercitarse en el mismo gimnasio donde lo hacía Sato. Esto, aparte de beneficiarle en sus entrenamientos, era también un pretexto para compartir más de cerca con el que es su amor platónico desde la infancia.
El joven Síferi se encontraba haciendo su rutina de espalda, cuando ella se acercaba, observando detenidamente la figura tonificada de Sato, Rena hizo cierto ruido como quien tiene tos, para que este notara su presencia.
—Cada vez te esfuerzas más —dice.
Él detiene el ejercicio y voltea a ver a la chica, secando su sudor con un paño le responde:
—Me estaba comenzando a preguntar por qué no te había visto, ya extrañaba tu presencia cerca de mí. —Y le sonríe con amabilidad, cosa que la hace sonrojar, aprovechando las palabras del joven, le hace una invitación.
—¿Te parece si trotamos juntos dentro del simulador?.
Sato acepta su ofrecimiento y entran en la cámara de entrenamiento, la joven Rena encendía el simulador donde una enorme pantalla le mostraba diferentes entornos a lo que ellos podían acceder.
— ¿A dónde iremos esta vez?— pregunta Sato observando como Rena manipulaba los diferentes escenarios que el simulador ofrecía.
—Hoy quiero un lugar tranquilo. —menciona eligiendo un paisaje que simulaba una enorme carretera rodeada de bosques brillantes. El ambiente era cálido y agradable. Los dos comienzan a trotar en el simulador mientras conversan.
—Veo que has mejorado bastante, ya hasta puedes seguirme el paso —dice Sato, notando que ella puede trotar a su mismo ritmo sin ningún tipo de esfuerzo, como solía ser antes.
—Pues, venir a este lugar no ha sido una pérdida de tiempo —responde Rena—cuéntame algo, ¿cómo vez el hecho de que ahora se nos permitirá ser parte de las armadas de eternidad?
—Me parece una buena oportunidad para demostrar de qué estamos hechos, —responde Sato tranquilamente.
Rena sonríe y agrega:
—No creo que los eternos necesiten de eso, creo que durante todos estos eones les hemos demostrado que podemos llegar a ser superiores en muchos aspectos.
Sato, la escucha y bajando su mirada dice:
—En eso tienes razón solo que... ¡quiero demostrarles que voy a convertirme en el broken más fuerte de Eternidad! incluso superare al que se dice ser el eterno más poderoso.
Rena lo observaba con seriedad, mientras ambos continuaban trotando por el hermoso paisaje que tenía el simulador.
— ¿Hablas del comandante David?
Sato no responde la pregunta, solo continua el trote mirando hacia el frente en silencio, ella mirando hacia el frente de igual forma dice casi que susurrando.
—No podrás lograrlo aún, sino hasta después de nuestra iniciación.
Estas palabras crean un prolongado silencio entre ellos. Luego el joven le responde:
— ¡Lo sé!
La mente de Sato volvía al día de ayer en que estuvo cara a cara con aquella criatura antigua y al extraño pendiente que había recogido del lugar donde se evaporó.
—"¿Todo esto habrá sido casualidad? ¿O el pendiente realmente salió de aquella horrible criatura?".
En ese instante suenan sus relojes digitales de mano, los dos se detienen, era un mensaje de la armada militar de Broken, enviando los manuales de estudio para que fueran dentro de un día a Eternidad a presentar la prueba.
— ¡Llego la hora! —se dicen ambos mirándose a los ojos.

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