Las luces del escenario me cegaron por un instante. La música, un ritmo suave y melancólico, llenaba el aire. Un murmullo de conversaciones y risas que se apagaron al verme subir al escenario. Sentí la mirada de todos sobre mí, era una sensación abrumadora que me obligaba a mantener mi cabeza alta.
- Hola a todos. - Dije con una voz un poco temblorosa, que resonó en el silencio. - Me llamo Mía, y esta tarde estoy aquí para presentarles una canción original y de mi propia autoría.
Tomé una gran respiración, acomodé la guitarra sobre mis piernas y comencé a tocar las primeras notas. La melodía fluyó a través de mis dedos, creando un puente entre mi corazón y el público. Cerré los ojos y me dejé llevar por la música, dejando que las emociones afloraran en mi voz.
Mi canción hablaba sobre la esperanza, la lucha por alcanzar los sueños, la fuerza que nos impulsa a seguir adelante a pesar de las adversidades.
Las palabras salían de mi boca con una intensidad que me sorprendió a mí misma. La música me había dado un lenguaje nuevo, un lenguaje que no necesitaba palabras para ser comprendido.
Las miradas del público se volvieron más intensas, sus rostros reflejaban una mezcla de asombro y emoción. Sentí que una conexión se estaba formando entre nosotros, una conexión invisible que nos unía a través de la música.
Al finalizar la canción, un silencio sepulcral se apoderó del lugar. Luego, una ola de aplausos y vítores me envolvió, haciéndome sentir como si estuviera flotando.
- ¡Bravo! - Dijo una voz masculina, fuerte y entusiasta, se escuchó por encima del ruido. - ¡Esa fue una interpretación increíble!
Un hombre alto y corpulento, con una mirada penetrante y una cálida sonrisa, se acercó a mí. Llevaba una camisa de cuadros y un sombrero de ala ancha, que le daba un aire de artista bohemio.
- Soy Arturo, el dueño del bar. - Me dijo, extendiéndome la mano. - Me ha encantado tu interpretación. Tienes un talento especial.
- Gracias. - Le respondí, sintiendo un leve rubor sobre mis mejillas. - Me alegra que le haya gustado.
- ¿Tienes alguna experiencia profesional? - Me preguntó, con una mirada inquisitiva.
- No, esta es mi primera audición. - Respondí, sintiendo un poco de vergüenza.
- No importa. - Me dijo, con una sonrisa que me tranquilizó. - Lo que importa es tu talento. Y tú tienes mucho talento.
- ¿Qué me recomienda? - Le pregunté, con la esperanza de que me diera alguna pista.
- Sigue haciendo lo que estás haciendo. - Me dijo, con una mirada que me hizo sentir que me tomando en serio. - Tu música es auténtica, llena de sentimiento. No la cambies por nada.
- Gracias. - Respondí, sintiendo que mi corazón se llenaba de esperanza.
- ¿Te gustaría tocar aquí nuevamente? - Me preguntó, con una gran sonrisa que me hizo sentir que estaba a punto de vivir un sueño.
- ¡Sí! - Respondí, sintiendo que mi voz se llenaba de emoción. - Me encantaría.
- Perfecto. - Respondió, con una mirada que me hizo sentir que había encontrado mi lugar en el mundo. - Te llaaremos la próxima semana para que programemos tu próxima actuación.
- Gracias, Señor Arturo. - Respondí, sintiendo que los nervios se comenzaban a aparecer.
Salí del bar con la guitarra cuidadosamente acomodada sobre mi espalda, y una sonrisa que no podía borrarse de mi rostro. Mi pasión por la música me había abierto las puertas a un nuevo mundo, un mundo lleno de posibilidades.
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Desafiando las notas
Fiksi RemajaUna chica dispuesta a luchar por conseguir su sueño de lograr ser una cantautora famosa Pero sus planes comenzarán a complicarse cuando el amor se cruce en su camino Agradesco a @glowngstxr por esta hermosa portada muchas gracias